lunes, 3 de marzo de 2008

Palabras inefables


Inefable (del latín ineffabilis, indecible): que no se puede explicar con palabras.

Pues mira tú por dónde, voy y le llamo a esta web “Palabras inefables”, es decir, palabras que no se pueden explicar con palabras. Menuda paradoja ¿no? Ciertamente la vida en sí es una paradoja: llamamos vida a ese pequeño lapso de tiempo que estamos aquí y llamamos muerte al resto de nuestra vida. Los ateos dicen que no creen en Dios, y resulta que al nombrarlo ya le están dando carta de naturaleza. Estamos seguros de tantas cosas… y al cabo de un tiempo nos damos cuenta que estábamos equivocados. Hasta uno de los más insignes científicos Stephen Hawking, cuya teoría sobre los agujeros negros ha estado vigente durante muchos años, ha perdido perdón públicamente hace poco al reconocer que esa teoría suya, aceptada por todos, estaba equivocada. Hay que ser más humildes, reconocer que no sabemos nada, que lo que creemos saber casi con seguridad es falso, que nada de lo que parece ser es así en realidad sino solo son los engaños de nuestros sentidos…

Y en medio de este caos solo nos queda mirar a nuestro alrededor, darnos cuenta que somos muchos y nos necesitamos, y acostumbrarnos a aceptar la diversidad. Que cada uno exprese su opinión como quiera y que no intente convencer a los demás, porque tanto él como los demás están –posiblemente- equivocados. Y que aprendamos todos a aceptarnos tal como somos y a convivir. A pesar de nuestras contradicciones.

2 comentarios:

Blanca dijo...

Bienvenido al mundo de las palabras tan virtuales como reales.

Aunque las letras y tu ya tenéis una relación muy añeja, espero que esta nueva singladura sea muy fructífera.

Te enlazo y espero que recibas muchas visitas, porque tienes mucho que decir.

Un abrazo especial.

José Miguel dijo...

Aunque haya realidades inefables,las palabras se emplean con un sentido, reconocido o no por la RAE.

Si utilizamos palabras que tienen significados diferentes, se produce un diálogo de "sordos". No hay más sordo que el que no quiere oír, es decir, el sordo no quiere conocer y entender el significado de las palabras que utiliza con quien se relaciona o se comunica. ¿Cómo analizar una realidad, si se utiliza un lenguaje distinto?.