Los niños se han visto seriamente afectados por la
pandemia del coronavirus, pero no por el virus en sí (que no les ha hecho nada)
sino por el virus de los gobernantes (ya sean nacionales, autonómicos,
provinciales o locales).
Para empezar, los niños fueron los únicos que padecieron
un confinamiento obligatorio (y eso que eran los únicos a quienes el virus no
hacía daño), porque se les prohibió salir mientras que a los mayores sí se les
permitía alguna salida, por ejemplo para comprar comida, ir a la farmacia o ir
a envenenarse los pulmones comprando tabaco en el estanco.
Cuando por fin se les permitió alguna pequeña salida, se
les impidió ir con sus padres; sólo podían ir con uno de ellos, y sólo a pasear
por las calles, porque todos los parques y zonas infantiles de ocio estaban
cerradas. Eso sí, al llegar la noche, la mayoría de esos parques y zonas
infantiles se llenan de jóvenes para hacer botellón, y la policía ni hace ni
dice ni “mú”.
Cuando por fin se acaba el estado de alarma (aunque en
Madrid le han cogido gusto a eso de maniatar a los ciudadanos y lo prolongan un
mes más) engañan a los niños diciéndoles que van a abrir los parques infantiles…
pero llega el día 22 y todos los parques siguen cerrados.
No sabemos cuándo abrirán, y cuando lo hagan, no sabemos
cómo controlarán las absurdas medidas que han anunciado: cuatro metros
cuadrados de superficie para cada niño dentro del parque infantil. ¿Cómo van a
jugar lo niños si cualquiera de sus amiguitos está a varios metros de
distancia? ¿Van a tener que hacer cola (guardando 2 metros de distancia) para
esperar su turno de entrar al parque? ¿Quién va a controlar cuánto tiempo puede
estar un niño dentro del parque hasta que salga para dejar sitio a otro niño?
En fin, un auténtico despropósito. Pero ¿sabéis cuál es
el motivo para j… a los niños de esta forma? Muy sencillo: Los niños no votan
ni hacen manifestaciones. Por eso, que se j…
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