El mochuelo es un ave parecida al búho pero de pequeño tamaño,
más o menos como un pollito o una codorniz. Es de costumbres nocturnas y se
alimenta de ratones, pequeños insectos, etc. que caza por la noche. Y que
sepamos, no se vende en ninguna carnicería ni supermercado, vamos, que no está
incluida en la lista de animales que come un ser humano.
Sin embargo un día yo me comí literalmente, un mochuelo con
patatas. Resulta que mi hermano regresaba a Madrid después d euna excursión con
el coche cuando vió como un pájaro se estrellaba contra el parachoques del coche.
Tras el impacto paró a ver qué había pasado y allí encontró al pobre mochuelo
cadáver por traumatismo general severo y parada cardiorrespiratoria. En vez de
dejarlo allí lo recogió y lo trajo a casa. Al llegar nos enseñó el cadáver del
pobre mochuelo al que había atropellado y entonces yo dije: ¡dámelo, que me lo
como! Y no es que pasase hambre en mi infancia, es que me gustaban las
aventuras y la caza, y eso de probar un animal exótico me ilusionaba.
Como siempre pasa, la parte desagradable le tocó a mi madre,
que desplumó y preparó el cochuelo en un guiso de patatas especial para mí que
–no sé por qué- nadie más quiso probar. Afortunadamente el guiso era con
patatas porque si no sí que hubiera pasado hambre: una vez quitada la cabeza,
de mochuelo quedaba bien poco. Pero en honor a la verdad, debo decir que el
guiso me resultó exquisito.
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