Escribía en este mismo blog hace años un post titulado
“¿Pero hubo alguna vez 3.000 audímetros?” dudando que fuese cierta su
existencia pues, a pesar de haber estudiado la carrera de Publicidad y haber
ejercido la profesión de Publicitario –primero- y Comunicador –después- nunca
llegué a ver ninguno de estos aparatos.
Para quien no lo sepa, resumiré que el audímetro es un
aparato que se conecta al televisor y registra automáticamente los programas
que se están viendo. El televidente lo único que tiene que hacer es indicar, a
través de un mando que le facilitan, qué personas están viendo la televisión en
ese momento (las censadas en el domicilio de las que se conoce sexo, edad,
nivel cultural y económico; y los eventuales invitados, de los que sólo se
indica sexo y rango de edad). La compañía que se dedica a esto elige 3.600
hogares que sean representativos de la totalidad de la población del país, y
los datos obtenidos permiten conocer –por extrapolación- cuáles han sido cada
día los programas y canales de televisión más vistos, por cuántas personas y
por qué clase de audiencia. La importancia de esto es capital, ya que la
audiencia es la que determina que los anunciantes vayan a ese canal y ese
programa, y así vemos a diario cómo los programas que no obtienen la audiencia
esperada son eliminados fulminantemente de la programación aunque sólo hayan salido
dos días en antena. Es decir, miles de millones de inversión publicitaria, y
miles de puestos de trabajo, dependen de los resultados de audiencia, de los
resultados arrojados por esos audímetros. Siendo esto así ¿cómo es que nunca he
visto un audímetro y nunca he conocido a nadie que tenga un audímetro? ¿Es todo
pura falacia? ¿Es un mito la existencia de tales aparatos?
Tranquila, audiencia de este blog, que vamos a desvelar a
continuación la realidad de este mito: los audímetros sí existen. En efecto hay
unos 3.600 repartidos por toda España, y si no los hemos visto es por pura
matemática: 3.600 hogares sobre más de 10 millones de hogares que hay en
España, es una proporción muy baja y por eso no nos hemos topado con ninguno de
ellos. Pero sí existen porque puedo dar fe, aquí mismo, y después de tantos
años arrastrando esta duda, que al fin he visto y tocado uno de ellos en pleno
funcionamiento en uno de esos hogares. No puedo decir más porque ha de
mantenerse el secreto; de no hacerse así, los poseedores de tales aparatos
recibirían todo tipo de sobornos para conectar sus aparatos a la hora y día que
el sobornador les indicase, poniendo además como espectadores a todos los
habidos e inventados, y de esta forma conseguir que esa cadena y/o programa figurase
como de gran éxito y los anunciantes corriesen locos a anunciarse allí.
Los audímetros sí existen, pues, y la fiabilidad de los
datos de audiencia que cada día nos anuncian en los medios de comunicación
depende de lo ajustada que esté la elección de esos hogares para que sean de
verdad representativos del total nacional.
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