lunes, 27 de marzo de 2017

El coche sabio

Todo aquél que haya tenido un SEAT 600 os habrá hablado maravillas de él. Por muy pequeño y rudimentario que fuese, siempre pudieron vivirse con él las más asombrosas aventuras; pero este pequeño cohechito también me demostró en una vez su inteligencia.

Circulaba por unos barrios desconocidos de Madrid cuando de repente se escuchó un ruido como de golpeteo repetido dentro del motor. Inmediatamente me eché a un lado de la calle y aparqué junto a la acera. Me bajé. Abrí el capó. Miré. La vería era evidente: se había roto la correa del ventilador y yo, desde luego, no tenía ni idea de cómo se arreglaba eso. Levanté la mirada para ver dónde estaba y... ¡había aparcado junto a la entrada de un taller mecánico! 

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