¿No habíamos quedado en que la Tierra está acahatada por los
polos? Luego entonces la altitud relativa debería ser menor ahí. Pues no. Resulta
que la fuerza centrífuga de la rotación hace que la atmósfera se ensanche en el
ecuador y se estreche en los polos. De esta forma, la masa de aire en los polos
es más fina. Estar, por ejemplo a 2.800 metros de altitud en la Antártida (allí
el hielo está sobre un continente) equivale a estar a 3.700 metros de altitud y
por consiguiente tener menos oxígeno y poder padecer el “mal de altura” como
los alpinistas.
Estas y otras curiosas
informaciones puedes leerlas en “Planetas y satélites”, una revisión completa
de nuestro sistema solar:
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