Os voy a contar una cosa (si queréis podéis llamarle
“coincidencia”) que me sucedió ayer, 20 de marzo de 2017. Ese día salí a dar un
paseo por el campo y como hacía mucho sol busqué en el maletero a ver si tenía
alguna gorra. Allí encontré una antigua gorra que había comprado en el año 2006
(¡hacía once años!) cuando fui a la carrera de Fórmula 1 que se celebró en el
circuito de Monza (Italia). La gorra era del piloto David Coulthard. Para quien
no esté familiarizado con la Fórmula 1 le diré que este es un piloto ya
retirado (su última carrera fue en el año 2008) y era del montón, es decir,
participó en 246 carreras y obtuvo 13 victorias, sin haber ganado nunca un Gran
Premio, aunque en más de 60 carreras acabó entre los tres primeros. No era, pues
una estrella, pero su gorra sí que era muy bonita y eso fue lo que me animó a
comprármela. Y allí permanecía, desde no sé cuándo, en una bolsa dentro del
maletero. Y este día fue uno de esos pocos en que –a falta de otra gorra más
actual de las que tengo en casa- tuve que recurrir a dicha gorra del año 2006.
En fin, que me la puse y me di un paseo por el campo; nada fuera de lo normal.
Eso vendría después.
Al regresar a casa me senté en la terraza a tomar el
aperitivo y leer la prensa deportiva, concretamente el As. La lectura, junto
con la cerveza y las patatas fritas, transcurría con normalidad... hasta que
llegué a la página 38 del As: allí venía una noticia relativa a... ¡David
Coulthard!
Yo estoy seguro que ese día ha tenido que ser el único en
los últimos años en que el As ha dedicado una noticia a este piloto, uno del
montón y ya retirado desde 2008... y tuvo que ser en el mismo día en que yo
recurrí a esa gorra abandonada y olvidada desde hacía tanto tiempo en el
maletero.
¿Es esto una coincidencia? ¿Es una casualidad?... ¿Cuántas
son las probabilidades de que un periódico hable de un deportista olvidado y
sea ese mismo día cuando vosotros encontráis por “casualidad” algo relativo al
mismo?... Raro sí que es.
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