El reciente partido de fútbol entre España y Noruega,
primero de la liga de clasificación para el Mundial de Fútbol, no pasará a la
historia por su buen fútbol (fue realmente soporífero), ni por los goles (2 a 1
y dos de ellos de penalti), ni por el hecho en sí de la victoria de España (tal
como se consiguió puso en evidencia que no hay tanta diferencia entre la “poderosa”
selección española y la discreta Noruega).
Ese partido formará parte de todos aquellos partidos tan
aburridos que al cabo de un par de semanas ya nadie recordará… salvo por una
cosa que debería recordarse: la lección de vida sana que nos dio Noruega nada
más saltar al terreno de juego para calentar.
En la espalda del chándal con que salieron a calentar los
jugadores noruegos podía leerse (escrito en inglés): Comer, Moverse, Dormir.
Una auténtica lección de vida sana en tan sólo tres palabras, esas que resumen
la actividad del ser humano sobre la Tierra. ¡Lástima que olvidasen añadir la
cuarta pata que es tan necesaria para sostener al ser humano sobre la la
Tierra: “Amar”. Les faltó ese toque de espiritualidad, de amarnos los unos a
los otros ("ama al prójimo como a ti mismo", dijo Jesús). Porque la vida sana, sin espiritualidad... no es verdadera vida.
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