El club de balonmano Barcelona acaba de recibir un duro
golpe que afectará de forma determinante a su futuro entre la élite de este
deporte: se trata de la noticia que hemos conocido hoy sobre la desaparición
del Atlético de Madrid de balonmano.
Desde tiempo inmemorial, siempre había varios equipos con
aspiraciones a ganar la Liga, lo que daba emoción e intensidad a este
campeonato. En los últimos años, esta lucha había quedado reducida a sólo dos
equipos, el Barcelona y el Ciudad Real, primero, y el Barcelona y el Atlético
de Madrid cuando éste último adquirió vía patrocinio al equipo de Ciudad Real.
Aun con sólo dos equipos aspirantes al título, la liga
resultaba emocionante (tal como sucede en el fútbol) ya que ninguno de estos
dos aspirantes podía permitirse el más mínimo descuido; de hecho, quien
quisiese ganar la Liga debía ganar absolutamente todos los partidos y después,
en su doble enfrentamiento con el rival aspirante al título, ser el mejor.
Tanta era la diferencia entre estos dos equipos y los demás.
¿Qué va a pasar ahora? El Barcelona se queda solo en sus
aspiraciones al título de Liga y ya sólo tendrá que luchar contra rivales muy
inferiores... pero con una diferencia: ahora le dará igual perder cinco o seis
o más partidos porque sabe que con eso le será suficiente para proclamarse
campeón al no tener rival que le haga sombra. La consecuencia es clara: se
perderá la intensidad de los partidos de Liga y cuando luego le llegue el turno
de jugar partidos europeos llegará desacostumbrado a la presión y a la lucha
contra rivales potentes. Es como si el Barcelona de fútbol jugase una liga sólo
contra equipos de Segunda B. ¿En qué condiciones llegaría después para afrontar
los partidos de competición europea?
El balonmano español ha quedado herido de muerte, y el Barcelona
balonmano condenado a la mediocridad y el aburrimiento.
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