Cuando ejercía como responsable
de Comunicación siempre insistí en que no era ser necesario organizar una Rueda
de Prensa para presentar un libro, que los periodistas preferían recibir la
información y el libro correspondiente para valorar el interés del mismo y
preparar la subsiguiente noticia, agradeciendo –eso sí- que el autor del libro
estuviese disponible para cualquier posible toma de declaraciones.
Pues bien, pocas veces conseguí
que me hicieran caso en este sentido, porque pesaba más el afán de gloria y
protagonismo del autor y del promotor. Para ellos lo importante era conseguir
la presencia de fotógrafos, cámaras, periodistas... y un montón de amigos en
dicha presentación. De esa forma se inflaba su ego. Porque la verdad es que
luego importaba poco que se publicasen o no muchas noticias al respecto; para
ellos –digo- lo importante era la parafernalia, las lentejuelas y luces de ese
instante de gloria que en general no trascendía más allá de esas cuatro paredes
ante la escasa repercusión mediática del acontecimiento.
Y esa escasa repercusión
mediática venía agravada por el hecho de cómo planteaban la presentación del
libro: una oda a sí mismos, a sus maestros, a sus amigos... se pasaban más
tiempo hablando de “agradecimientos” que del contenido del libro y mucho menos
destacaban qué mensaje o conclusión importante presentaba dicho libro.
Por eso les repetía lo importante
de una buena nota de prensa, de lo imprescindible de la disponibilidad ante los
requerimientos de los periodistas, y sobre todo, centrarse en lo más peculiar y
original que aportase dicho libro para captar así el interés de la audiencia.
Ahora, ya jubilado, me llegó la
ocasión de predicar con el ejemplo, y afortunadamente así lo he hecho. Para la
presentación de mi original libro “Diccionario Daimieleño – Español”, no
organicé ninguna rueda de prensa, sino que hice llegar a los medios adecuados
(manchegos en este caso) una nota de prensa y el citado libro, poniéndome a su
disposición.
Como resultado, 14 noticias
publicadas (lo que no está nada mal) y en los medios más importantes de La
Mancha. Pero, sobre todo, amigos comunicadores, no os desaniméis, seguid
insistiendo en que lo importante es la noticia. De encontrarse esta en algún
sitio, ese sitio es el contenido del libro, y eso es lo que de verdad importa.
El “Diccionario Daimieleño–Español”, de Vicente Fisac,
está disponible en Amazon (www.amazon.es)
tanto en edición digital como en edición impresa.
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