viernes, 5 de octubre de 2012

La brutal agonía de la prensa médica


Hace unos años, seis, ocho, más o menos, la prensa médica estaba en todo su esplendor. Había cuatro importantes revistas semanales (Jano, El Médico, Siete Días Médicos y Noticias Médicas), dos periódicos semanales (Gaceta Médica y El Global), un semanario farmacéutico (Correo Farmacéutico) y uno para los médicos rurales (Correo Médico), y después estaba la joya de la corona, un diario médico (Diario Médico), el diario que no solo informaba de toda la actualidad médica sino que además marcaba tendencia y era objeto de deseo por parte de todos los médicos que ansiaban protagonismo profesional.

Pero todos esos medios vivían de los anuncios que ponían los laboratorios farmacéuticos y por eso las continuas presiones sobre la industria farmacéutica (retraso en la aprobación de nuevos fármacos, fijación de los precios más bajos de Europa o casi a los nuevos fármacos, bajadas continuas de precios a todos los fármacos, prioridad para los genéricos, control del gasto, etc.) hicieron que esta partida fuera una de las primeras en recortarse e incluso en anularse por completo después.

Así hemos podido ver en estos últimos años cómo –primero- reducían sus tiradas y –después- Noticias Médicas perdía su periodicidad para salir sólo cuando tenía anunciantes suficientes para ese número, Jano pasaba a mensual (medida transitoria simplemente para no perder los pocos anuncios que tenía contratados con antelación) y se quedaba sólo con la edición digital, El Médico seguía poco después su ejemplo y sólo Siete Días Médicos, resistía aunque con menos páginas y menos tirada. Los semanarios se mantenían a duras penas y con menos tirada, y finalmente “el” diario médico, ha anunciado que a partir del 15 de octubre sólo saldrá una vez a la semana, aunque mantendrá su edición diaria digital.

Cuando hace unos años yo organizaba ruedas de prensa, daba gloria ver la sala llena de periodistas y luego poder preparar unos clippings con numerosos recortes de lo aparecido en prensa escrita. También añadíamos al final un resumen de la repercusión digital, porque la verdad es que a los médicos y a los directivos de los laboratorios, lo que les gustaba eran las apariciones “en papel”. A partir de ahora, aquello no volverá a repetirse porque los pocos medios especializados que acudan a una rueda de prensa serán digitales; los de papel, cada vez menos y con menos hojas, raramente dedicarán espacio para informar de actividades de unos laboratorios que ya han dejado de ser anunciantes y por tanto su sustento principal.

Todos esos médicos cuyo ego se inflaba como la levadura cada vez que se veían en Diario Médico (el de papel) van a comprobar cómo desciende espectacularmente la posibilidad de aparecer en ese “diario” que ya no será diario.

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