Si Dios hubiera considerado pecaminoso el sexo, hubiera
hecho que nos reprodujésemos por esporas. Evidentemente no ha sido así, lo que
indica que el sexo es conforme la voluntad de Dios.
Si Dios hubiera considerado que las relaciones sexuales sólo
se deben tener para procrear, hubiera concedido a las hembras humanas el celo,
igual que sucede con muchos animales. Evidentemente no ha sido así, y los seres
humanos se sienten sexualmente atraídos independientemente de cuál sea la época
del año, del mes o del día. Por consiguiente, disfrutar de la sexualidad es
conforme con la voluntad de Dios.
Si Dios hubiera considerado que la promiscuidad y la
infidelidad eran buenas, así lo habría predicado Jesús. Evidentemente no fue
así, antes al contrario, predicó la moderación, la fidelidad, el respeto y el
amor. Por consiguiente el sexo debe ser la consecuencia del amor, de la
fidelidad, de la moderación y del respeto.
1 comentario:
En relación con esto, hace unos días encontré en algún sitio de internet la siguiente frase:
"Desde que el sexo se volvió fácil de conseguir...el amor se volvió difícil de encontrar".
MC
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