sábado, 5 de mayo de 2012

El latín nos descubre la verdad


En una lengua derivada del latín como la nuestra, es bueno acudir a las fuentes originales para comprender el verdadero significado de las palabras. Veamos dos ejemplos:

1.- El término “maestro” deriva de magister y este, a su vez, del adjetivo magis que significa más o más que. El magister lo podríamos definir como el que destaca o está por encima del resto por sus conocimientos y habilidades.
Por ejemplo, Magister equitum (jefe de caballería en la Antigua Roma ) o Magister militum (jefe militar).

2.- El término “ministro” deriva de minister y este, a su vez, del adjetivo minus que significa menos o menos que. El minister era el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos.

Como se puede apreciar, el latín nos explica bien claramente por qué cualquier tonto puede ser “ministro” pero nunca “maestro”.

PD.- Gracias a la sabiduría popular que circula por la Red este mensaje está llegando a muchas personas; yo simplemente me he limitado a darle otro empujoncito.

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