En la remota isla de Pascua hace ya muchos años se hicieron
mundialmente sus enigmáticas y ancestrales esculturas denominadas “moai”, que
representaban las cabezas de unos gigantes. Según los moradores de esta isla,
tenían un origen antiquísimo y dieron lugar a múltiples teorías (antiguas
civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra, extraterrestres, etc.)
puesto que parecía difícil que un pequeño y primitivo pueblo como aquél,
aislado en una pequeña isla, fuese capaz de tallar, trasladar y levantar
aquellas moles.
Sin embargo, hace apenas unos meses, nos hemos llevado una
gran sorpresa al darse a conocer al mundo entero que la mayoría de esas
esculturas no eran sólo cabezas, sino que tenían un cuerpo entero sepultado
bajo la tierra. Es decir, si ya resultaba increíble que los primitivos
moradores fuesen capaces de tallar y desplazar una de aquellas cabezas, más
increíble resulta que fuesen capaces de hacerlo con un cuerpo entero como se ve
en las fotografías.
El ser humano es un completo ignorante. No sabe
absolutamente nada, y cada vez que hace un pequeño descubrimiento lo único que
descubre es que desconoce mucho más aún de lo que pensaba que desconocía.
La noticia del descubrimiento de que los “moais” tiene un
cuerpo completo tendría que haber ocupado todas las portadas y espacios
preferentes de los telediarios, y sin embargo pasó totalmente desapercibida. El
ser humano no sólo es ignorante sino que trata de esconder su propia
ignorancia.
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