Todo en esta vida es un engaño. En la gran escalera del
Titanic que daba paso al comedor de primera clase, apenas si cabían dos
personas por cada lado; por eso James Cameron tuvo que falsearlo en su película
y hacerlo más ancho. Ahora, en la exposición del Titanic que se ofrece en
Barcelona, esta pintura mural a tamaño real, nos ofrece una espectacular
recreación fidedigna de aquella escalera. Sí, has leído bien, esto es una
pintura y no una escalera real. Está realizada bajo la técnica que se conoce
como “anaformismo” o “engañar al ojo humano” (una técnica que juega con la
perspectiva y otros efectos ópticos para crear la sensación de
tridimensionalidad) y a fe que lo engaña, porque aun estando de pie frente a
esta pintura, a escasos centímetros de la misma, parece mentira que sea algo
plano y uno siente la irresistible tentación de avanzar por sus peldaños.
También en la vida todo es una engaño. La vida sólo es –para
cada uno de nosotros- aquello que interpretamos. (Continuará)
1 comentario:
Que nada es lo que parece...y nada parece lo que es.
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