Cuando yo era joven creía que la ornitología era la ciencia
que estudiaba a los ornitorrincos. Años más tarde me dio por el ocultismo (me
gustaba esconder todas las cosas) y pensé que en realidad esa palabra no
llevaba acento y por consiguiente se trataba de “ornito-logia”, es decir, los
ornitorrincos eran unos masones y aquella palabra se refería al lugar donde
celebraban sus reuniones. Finalmente comprendí que los ornitorrincos sólo
tenían un 33% de ave (como los cubitos de caldo de pollo) y que la ornitología
era la ciencia que estudiaba a los pájaros... pero ¿qué clase de pájaros? ¿Los
de buen Agüero que alegran la vida a los jugadores y seguidores del Manchester
City -¡enhorabuena, campeones!-? ¿Los pájaros de cuenta? ¿Las pájaras de los
ciclistas? ¿Las pajaritas corbateras? ¿Los pajaritos de María Jesús la del
acordeón? Realmente prometía ser una ciencia muy amplia, tan amplia que me
sumergí en sus profundidades y aprendí mucho sobre unos pájaros muy especiales:
los buitres. Estos angelitos, que al menor descuido te acribillan a balazos
(ver “El dulce gorjeo del buitre en celo”) tienen una extraña querencia por La
Mancha y así lo puedo constatar ya que he visto cómo varios buitres están
agitando sus alas para echarse a volar en breve rumbo a La Mancha. Estaré muy
atento para deciros hacia dónde van, aunque creo adivinarlo, ya que entre sus
preferencias culinarias se encuentra la pizza y desde Tomelloso se eleva a los
cielos un atrayente olor a pizza y rica comida italiana... Estos buitres...
PD.- La preciosa fotografía que ilustra esta noticia fue
tomada por mi amigo Luis Domingo... un sábado.
1 comentario:
Empieza la cuenta atrás, el día de San Isidro, y aunque el sábado no libro volando allí llegaré si es que el buitre no me ve.
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