De los pobres nada pueden sacar (salvo votos) los políticos;
como son pobres no pueden quitarles dinero. De los ricos, sólo un poco; los
ricos son quienes los sostienen (quienes pagan sus campañas, quienes los
ofrecen negocios (o sobornan), quienes les transmiten el glamour de la alta
sociedad que tanto gusta a los políticos... en definitiva, a los ricos mejor no
enfadarlos mucho, así que sólo se les pueden quitar algunas migajas. ¿Qué nos
queda? La clase media. A esa sí que se la puede exprimir: trabajan y ganan
dinero, así que se les puede freír a impuestos. ¿Y cómo reaccionarán? Pues
trabajando más porque no quieren ser pobres sino llegar a ricos, así que los
políticos tienen el gran filón inagotable para exprimir.
Por desgracia esto siempre ha sido así y una prueba evidente
la tenéis en estas imágenes: un camarote de tercera y otro de primera en el Titanic. (Continuará)
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