Es posible que alguna vez te hayas preguntado quién eres tú,
y hasta es posible que te hayas respondido acudiendo para ello a quien crees
que eres en el momento actual, pero... ¿eres ahora el mismo de hace unos años?
¿Piensas igual? ¿Reaccionas igual? ¿Actúas de la misma forma?
Traza una línea sobre el papel utilizando para ello el
instrumento que prefieras: lápiz, pluma, bolígrafo, rotulador, brocha... Ahora
amplía esa línea, amplíala más, amplíala más aún... ¿qué es lo que ves?:
puntos. ¿No habíamos quedado en que habías dibujado una línea? ¿Cómo es que lo
dibujado son puntos? No hay nadie capaz de dibujar una línea porque cada vez
que se amplía una línea lo que queda al final es una sucesión de puntos.
Esta analogía representa nuestra vida. Cada instante, cada
fracción de segundo, nosotros somos el ser que vive en esa misma fracción de
segundo, y en cada fracción de segundo somos alguien distinto (quizás no muy
diferente, pero sí distinto).
Recuerda aquella vez que regresaste a una casa a la que no
volvías desde hacía muchos años. La encontraste diferente y no porque la casa
fuese diferente, sino porque tú eras diferente, tú ya no eras aquella persona
que vivió ciertos momentos y experiencias en aquella casa.
Después de muchos años de no ver a una persona querida, por
ejemplo un gran amigo de la infancia o un familiar a quien dejaste de ver y
hablar con él, lo encuentras de nuevo. Hablas y sales con él unas horas o
quizás unos días. ¿Qué sientes? Ya no es igual, ya no existe la misma química
de antaño. Los dos habéis cambiado, decís. Y eso es en efecto: los dos habéis
cambiado, año tras año, segundo tras segundo.
Nuestra vida es, por tanto, una sucesión de puntos, una
sucesión casi infinita de sucesivos “yo”, unos “yo” muy parecidos unos a otros
pero entre los que no se encuentran dos que sean idénticos.
Tu vida es el presente y a cada fracción de segundo que
pasa, naces y mueres.
2 comentarios:
¡Resulta que llevas dentro un filósofo... y me acabo de enterar ahora...en esta "fracción de segundo"!
MC
Algunos acontecimientos y determinadas situaciones a lo largo de la vida hacen que cambies, no hay duda.
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