Analizando el anuncio de la marcha de Pep Guardiola como
entrenador del Barcelona -en la que ha sido
la 2ª noticia en importancia del día (la 1ª ha sido la victoria del
Atlético de Madrid que jugará la final de la Europa Ligue)- han sido muchas las
teorías que se han planteado como posible explicación a tal decisión, puesto
que la “explicación oficial” sólo era una sarta de evasivas y disculpas.
Yo también me puse a cavilar en cuál había podido ser el
verdadero motivo de su renuncia y entonces me acordé de una entrevista a Juan
Mata, publicada en el último número de la revista “Mediapunta”. En dicha
entrevista, el ahora jugador del Chelsea hablaba de las diferencias entre el
fútbol inglés y el nuestro, analizando diversos parámetros, entre ellos el
relativo a la prensa, de la que decía:
“Nada que ver con España. Los equipos trabajan blindados y
apartados del mundo. La ciudad deportiva es una fortaleza. Los entrenamientos
son a puerta cerrada y nadie protesta porque aquí es la tradición. Los
periodistas sólo pueden aparecer los viernes para la rueda de prensa del mister
previa al partido. El acceso a los jugadores es imposible. Ningún periodista
inglés te llamará al móvil. En seis meses, sólo me pidieron una entrevista. Si
hacemos algo, suele ser para los medios oficiales del club”.
Como podéis ver la presión mediática que padece un
entrenador en Inglaterra o aquí es abismalmente diferente y, desde luego,
trabajar aquí como entrenador es una tarea extenuante. Así se explica que
Guardiola haya dicho “basta” y haya decidido tomarse un descanso hasta fichar
dentro de unos meses por un equipo inglés o, quien sabe, si por la selección de
Inglaterra.
PD.- Decía una reciente encuesta que de las 200 peores
profesiones en España, la 196 era la de periodista; y yo añadiría que de las
200 peores persecuciones que puede padecer una persona, una de las primeras es
el acoso de la prensa; así que no me extraña que Pep haya decidido decir “ahí
os quedáis plumillas, que yo me las piro a un país en el que pueda salir a la
calle sin que me persigan; a un país en el que –como decía Mata- si te ven
cenando se esperan a que termines para pedirte un autógrafo; a un país en el
que pueda tener tiempo para mi familia; a un país en el que se respete –en definitiva-
a las personas”.
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