Por un momento llegó a mi mente este pensamiento cuando leí hoy un titular que decía: “médicos y enfermeros coinciden en que un ministro de sanidad que no sea pastor sería un error”. Es decir, ambas profesiones se reconocían a sí mismas como borregos que necesitan un pastor que les guíe.
A este pensamiento se cruzó otro: ¿no se referirán acaso a un pastor espiritual, alguien que les guíe en las tribulaciones morales y éticas de la profesión? Y ya me imaginaba las iglesias llenas de médicos y enfermeros muy atentos a las palabras de su pastor eclesial.
Sin embargo, rápidamente también caí en la cuenta que la palabra “pastor” del titular estaba escrita con “P” mayúscula, es decir, no se refería a ninguno de los dos tipos de pastores que he mencionado anteriormente, sino a Ana Pastor, quien ya fue ministra de Sanidad con el PP y a quienes médicos y enfermeros apoyan para que vuelva a ocupar esa cartera.
En fin, es lo que tienen las prisas y los titulares... pero de eso hablaremos otro día.
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