Fernando Alonso ha anunciado que se separa de su mujer apenas cinco años después de la boda. Cientos de miles de parejas se desparejan de igual forma cada año, sean o no famosos, lleven cinco años casados (que eso ya es mucho) o sólo unos meses (que suele ser lo más habitual). Así que digo yo que ¿para qué se casan? Hombre, si el hombre es famoso y/o tiene pasta (que suele ser lo mismo), está claro que la hembra suele sacar una buena tajada crematística, así que en ese caso el tonto es él. En cambio, si apenas tienen pasta para llegar a fin de mes, los tontos son los dos, porque se gastarán un pastón en el divorcio. Lo mejor sería firmar un contrato renovable por años, sin derecho a indemnización a ninguna de las partes, y en donde queden perfectamente especificadas las aportaciones de cada uno de los miembros a esa empresa común.
Por supuesto yo soy partidario del matrimonio por amor y para siempre (para siempre que dure el amor, que lo ideal sería que durara para siempre), pero los jóvenes se quieren a sí mismos más que a los demás y ese templo del ego que llevan dentro les impide aguantar cualquier contratiempo, así que a la primera discusión se mandan a paseo. Pues una cosa chicos y chicas: no sabéis lo que os perdéis por no haber aguantado una pequeña bronca de recién casados o de recién juntados. La paciencia tiene recompensa, aunque no os lo creáis. Si yo estuviera ahora en vuestro pellejo le daría una parada en el culo al ego. Pensad más en la otra persona y menos en vosotros mismos.
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