martes, 9 de noviembre de 2010

Vivo entre los zombis

Cuántas veces la razón tapona mi cerebro
para impedir que piense, para evitar que sea
diferente.
Cuántas veces, inmerso en el gentío, me siento acompañado
frente a la soledad ruidosa de mentes vacías
que ni siquiera saben que están solas.

Y todo mi entorno me aprisiona,
me empuja a ser vulgar, a no pensar,
a moverme por la inercia, mano misteriosa
que gobierna el destino de los zombis
sin explicar el por qué, sin dar razones.

Y tengo que luchar, constantemente,
para poder mantener y proseguir mi rumbo
diferente.
Y debo fomentar más y más mi ser interno, humano,
para poder reventar la puerta bloqueadora
y dejar en estampida
salir los sentimientos.

Me niego, no voy a seguir el juego
de ser fracción de una manada,
punto perdido en un rebaño.

Aunque me cueste, aunque me duela,
prometo hacer y así lo hago
(lo estoy haciendo)
vencer en cada instante la fuerza extraña
que succiona el alma y te deja vivir
estando muerto.

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