Los países ricos han descubierto el enorme filón que supone contratar médicos formados en Iberoamérica: se ahorran el enorme coste que supone su formación y luego se los traen pagándoles unos sueldos y en unas condiciones que la mayoría de los médicos locales no aceptan pero que para estos médicos iberoamericanos son muy superiores a las que podrían encontrar en su país de origen.
De esto se derivan muchas consecuencias, pero hoy me centraré solo en una: los países Iberoamericanos se quedan sin médicos y ven cómo el dinero que destinan a su formación se esfuma en el aire. ¿Es esta la solidaridad de los países ricos? Pues sí, y da igual el grado de riqueza. Los médicos españoles se van a Estados Unidos, Inglaterra o Suecia. Los médicos Iberoamericanos vienen a España. E incluso, algunos países Iberoamericanos ven cómo sus médicos no encuentran trabajo porque se cubren las necesidades con médicos cubanos (por poner solo un ejemplo, en Venezuela trabajan actualmente 30.000 médicos cubanos).
Como se ve, la solidaridad no es una virtud que adorne a los Gobiernos salvo aquella que puedan adornar para vender su imagen y ganar votos.
1 comentario:
¡Qué amarga ironía ¿verdad?!
Un abrazo muy fuerte, Vicente.
PD Por fin he podido dedicarte las líneas que te debía en mi blog (en la entrada de hoy) por tu espléndido regalo. Por fin también aparece en el lugar de honor que se merece, en la columna derecha de la bitácora. Gracias de nuevo.
Publicar un comentario