Hablábamos el otro día de los periodistas “carroñeros”. Hablemos hoy de sus “víctimas”. Con demasiada frecuencia vemos como estas “entran al trapo” y caen en la trampa, dando al periodista la carnaza que estaba buscando para conseguir informaciones escandalosas, en contra –precisamente- del personaje en cuestión.
¿Cómo podrían estas víctimas salir indemnes de este tipo de ataques? La respuesta no está ni en esconderse y no dar la cara, ni en contraatacar o rectificar. Es mucho más sencillo. Hay que dejarse aconsejar por los que saben: las Agencias de Comunicación y entrenarse en el manejo de una herramienta sencilla y efectiva, los cursos de portavoces. Son estas unas piezas magistrales que en muy pocas horas lectivas combinan técnica y práctica y otorga a los alumnos las claves necesarias para escapar de esas trampas y dirigir la información por los cauces correctos.
Pregunta.- Hemos oído que le acusan a Vd. de ser un chorizo y un estafador.
Respuesta.- Una de nuestras prioridades es la transparencia en nuestras actuaciones y la certificación de las buenas prácticas. Así nos lo han reconocido en numerosos foros y así vamos a seguir.
Pregunta.- ¿Entonces niega Vd. ser un chorizo y un estafador?
Respuesta.- Todos deberíamos depositar nuestra confianza en los medios de comunicación serios y de prestigio, que precisamente son testigos de nuestra trayectoria, a favor de nuestros clientes, durante todos estos años.
Etc.
¿Qué os parece el cambio?
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