Veo con perplejidad cómo algunos periodistas hablan de personas a las que nunca vez y hasta se permiten adivinar sus pensamientos. ¿No les sería más fácil acudir –como los demás periodistas- a esos actos en que participan y charlar con ellos e incluso concertar alguna entrevista (como hacen los demás periodistas)?
Veo con perplejidad cómo algunos periodistas hablan de empresas e instituciones en cuyas sedes nunca han estado y hasta alardean de conocer sus estrategias. ¿No les sería más fácil acudir –como los demás periodistas- a esas sedes y allí hablar con sus dirigentes y los empleados y pedirles la información que necesitasen (como hacen los demás periodistas)?
El resultado es que algunos periodistas confunden los verbos “querer” y “ser”: escriben lo que quieren, no la realidad de los que sucede. La única “investigación” que realizan son las incursiones por el laberinto de su propia mente, creando una nueva “realidad” conforme a sus deseos y tratando que los lectores tomen como cierta dicha elucubración.
1 comentario:
Teniendo en cuenta los pocos periodistas de verdad que hay en España...
Ahora se lleva el becario hasta la jubilación, el periodismo amarillo, la caza del famoseo, el rumor, el insulto, el llenar páginas de prensa escrita o audiovisual sin apenas contenido, y queda poco espacio y tiempo para el PERIODISMO.
Publicar un comentario