Siempre
que pensamos en los fantasmas los consideramos no sólo como algo irreal, de
cuento de ciencia ficción o de terror, sino como algo ajeno a nosotros. ¿Alguna
vez te has parado a considerar si tú eres un fantasma? Y no me refiero a la
definición coloquial de “fantasma”, algo así como fatuo, presuntuoso, engreído,
etc., sino a fantasma como ser incorpóreo que se nos aparece. Con esta definición,
pues, ¿te has parado a considerar si alguna vez tú has sido un fantasma.
Dicen
por ahí “ten cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad” y es que
los deseos, los pensamientos, se hacen realidad con mucha más frecuencia de la
que imaginas. Pues resulta que al igual que puede haber seres que se aparecen a
nosotros como fantasmas, también nosotros podemos aparecernos ante ellos como
fantasmas. Esto sucede especialmente cuando enviamos formas mentales poderosas
de nosotros mismos en estado de sueño o de meditación; en dichos estados nos
proyectamos a otros niveles y quienes habiten en esos niveles pueden
percibirnos como fantasmas.
Así
que ya lo ves, si hay fantasmas por ahí fuera, piensa que tú también eres uno
de ellos. Por eso, la imagen que proyectes de ti mismo procura que sea amable,
que irradie paz, porque al igual que a ti te asustaría un fantasma tenebroso o
terrorífico, también ti puedes asustarles a ellos si tus pensamientos son
negativos.
Un ejemplo de cómo se pueden contar las cosas de forma atractiva y sin enrollarse…
“Elogio de la síntesis”: https://amzn.to/3X13sMV
Un ejemplo de cómo se pueden contar las cosas de forma atractiva y sin enrollarse…
“Elogio de la síntesis”: https://amzn.to/3X13sMV
No hay comentarios:
Publicar un comentario