Dice
el refranero español que “Consejos te doy, que para mí no tengo”, reflejando
así la maldita costumbre que todos tenemos de dar consejos a los demás y
decirles lo que tienen que hacer e incluso lo que tienen que pensar. En nuestro
mundo egocéntrico, pensamos que nosotros somos el modelo a seguir por todos los
seres humanos, que nosotros somos los únicos que estamos en posesión de la
verdad absoluta, que nosotros nunca nos equivocamos, que todos los demás
deberían adorarnos y besar por donde pisamos y, por supuesto, hacer todo lo que
les digamos sin rechistar. De ahí que siempre estemos con esa cantinela de “lo
que tienes que hacer es…”, “yo que tú lo que haría es…”, “tienes que darte
cuenta que…”, etc.
Pero
como la vida es en sí misma una auténtica paradoja, para decirte que no des consejos
tengo que darte un consejo:
“No
des consejos a nadie; basta con que prediques con el ejemplo”.
Pues
que sea este él primero y último que demos; así que por mi parte no añadiré
nada más; el resto lo dirán mis actos.
Nota.-
Como ilustración adjunto el cuadro de D. Qujote de La Mancha, realizado por el
pintor daimieleño Juan D’Opazo, que puede contemplarse en el Museo Comarcal de
Daimiel (Ciudad Real, España, Europa, Tierra, Sistema Solar, Vía Láctea, Universo).
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