miércoles, 19 de diciembre de 2018

Detrás del villancico “Arre, burro, arre”

El análisis de hoy se centrará en el popular villancico “Arre, burro, arre”, sin ánimo de molestar… a los burros.

“En la puerta de mi casa voy a poner un petardo, pa reírme del que venga, a pedir el aguinaldo”.
Pues sí que empieza bien; en vez de transmitir un mensaje de paz y amor, este villancico declara la guerra con petardos y burlas hacia todo aquél que ose acercarse.

“Pues si voy a dar a todo, el que pide en Nochebuena, yo si que voy a tener, que pedir de puerta en puerta”.
Claro ejemplo de egoísmo, exageración y demagogia. NO hace falta dar todo, sólo compartir algo con los demás.

“Que el que quiera comer pan que no venga a mi cena en el portal de Belén la Virgen es panadera”.
Anacrónico y paradójico: si quieres pan no vayas a donde esté el panadero. Y además ¿qué Evangelios habrá leído el que escribió esta letra? ¿Desde cuándo era la Virgen panadera?

“En el cielo hay una Estrella, que a los Reyes Magos guía, hacia Belén para ver, a Dios hijo de María. Cuando pasan los monarcas, sale la gente al camino, y a Belén se van con ellos, para ver al tierno Niño”.
Menos mal que entre tanto disparate hay alguna estrofa con cierto sentido… aunque no se ajuste a la realidad ya que al paso de los Reyes Magos algunos salieron al camino para verlos pero no los siguieron en procesión hasta Belén.

“Arre borriquito, arre burro arre, anda más deprisa que llegamos tarde. Arre borriquito vamos a Belén, que mañana es fiesta y al otro también”.
Y para terminar, el pobre burro acaba pagando el pato ya que no hacen mas que meterle prisa. ¡Que hubiera salido antes y así no tendrías que correr ahora! Además, en aquella época esos días  no eran festivos, sino que se han hecho festivos con mucha posterioridad, así que también en esto estaba mal documentado el letrista.


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