Yo
no soy español aunque en mi pasaporte así lo indique. Mi país es el Universo y,
por consiguiente, me producen asco los nacionalismos que no son otra cosa que
el aborregamiento de las masas para que los poderosos de siempre sigan
mangoneando.
Sin
embargo hoy me ha sorprendido muy gratamente el comunicado emitido por el
equipo de fútbol Unión Deportiva Las Palmas, que esta tarde está previsto se
enfrente al Barcelona en el Nou Camp.
Como
estoy seguro que muchos de vosotros no habréis leído el comunicado íntegro,
aquí os lo dejo. Merece la pena.
“La
Historia ha vuelto a situar a la Unión Deportiva Las Palmas en una situación
excepcional en el Camp Nou. El 30 de octubre de 1977 visitó al FC Barcelona el
día en que un emocionado Josep Tarradellas presidió por primera vez el palco
tras su exilio y una monumental senyera de sesenta metros se desplegó en el
césped.
Hoy
la UD Las Palmas rinde visita en una fecha inédita para nuestro país, el día
que el Gobierno catalán fijó para la celebración de un referéndum fuera del
marco legal español, con la fuerza que tiene el eco internacional de todo lo
que ocurre en el Camp Nou. Los pronunciamientos públicos en los días previos,
especialmente el de nuestro anfitrión, el FC Barcelona, han convertido este
partido oficial de la Liga Santander en algo más que una cita deportiva en
cumplimiento del calendario.
La
UD Las Palmas podría haberse limitado a ser testigo mudo de esta encrucijada
histórica o tomar partido. Nos decantamos por lo segundo. Decidimos bordar en
nuestra camiseta una pequeña bandera española y la fecha de hoy, 1 de octubre
de 2017, para testimoniar sin estridencias nuestra esperanza en el futuro de
este país y en la buena voluntad de quienes convivimos en él, en busca del
mejor entendimiento. Por muy lejos que esté el Estadio Gran Canaria, nunca
hemos sentido la menor tentación de formar parte de un país que no sea este. Y
por muy compleja que sea la situación, siempre confiaremos en saber
simplificarla para entenderla mejor y encontrar soluciones.
Hoy,
lo que hacemos es muy simple. Con la bandera española bordada en nuestra
equipación queremos votar de forma inequívoca en una imaginaria consulta a la
que nadie nos ha convocado: creemos en la unidad de España. Lo hacemos desde la
autoridad moral que le quieran conceder a la región más lejana de la capital de
este reino. Lo hacemos para decirle al mundo que sentimos dolor por lo que está
ocurriendo. Lo hacemos confiando en que a nadie le incomode este gesto. Como
nunca nos incomodó ver ondear senyeras en la grada, extendidas sobre el césped
o envolviendo el cuerpo de nuestros rivales que, una vez terminado el partido,
son compatriotas que nos llenan de orgullo al formar parte de uno de los
mejores equipos del mundo, o de una de las mejores selecciones del planeta”.
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