Siempre
he dicho que Islandia es un país modélico y avanzado, que lleva una ventaja
de años luz al resto de los países en casi todos los aspectos... Pues eso, en "casi" todos, porque en uno de ellos han estado bastante rezagados: En el arte de elaborar una buena cerveza.
En
efecto, los islandeses han sido posiblemente los últimos en incorporarse a la
tradición de fabricar sus propias cervezas artesanales, de hecho no ha sido
hasta 1989 en que comenzaron a producir sus propias cervezas. Pero desde
entonces ha proliferado no solo el gusto por la cerveza sino también las
posibilidades de encontrar pequeñas cervecerías por todo el país. Y es que ya
lo dice la sabiduría popular: “Más vale tarde que nunca”.
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