A pesar de lo cerca que está del Sol y de su elevada
temperatura, el grado de inclinación de su eje (prácticamente 0º) hace que el
fondo de muchos cráteres en sus polos no vea nunca la luz del Sol y en algunos
de ellos hay grandes cantidades de hielo de cometas que en su día se estrellaron
allí.
Si a pleno sol hay en Mercurio 427º C, en la sombra permanente de esos
cráteres hay –173º C. Suficiente para conservar bien el hielo sin necesidad de frigorífico.
Estas y otras curiosas informaciones puedes leerlas en
“Planetas y satélites”, una revisión completa de nuestro sistema solar:
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