martes, 3 de enero de 2017

¡Adiós, señor Yakamoto!

Bueno, el nombre del tal señor Yakamoto es inventando (porque no me acuerdo de su nombre real) pero esta anécdota sí que es real. Todo sucedió cuando un empresario japonés visitó nuestra compañía (ICI-Zeltia, hoy Syngenta) y mantuvo una reunión con varios de nuestros directivos y jefes. Uno de los que allí estaban era el jefe de registro Juan González Diaque, un gaditano con mucha gracia (no podía ser de otra manera) y muy pocos conocimientos de inglés. Pero, a pesar de sus escasos conocimientos de inglés, le pidieron que estuviese presente en dicha reunión. Y la reunión se alargó y alargó... y todo en inglés... y él sin enterarse de nada. Al cabo de unas interminables horas, por fin el señor Yakamoto se levantó de su asiento y fue una gran sensación de alivio la que nuestro amigo Juan sintió en aquél momento. NI corto ni perezoso, él también se levantó y le tendió la mano mientras le decía con gran alegría “Goodbye, mister Yakamoto”. Pero resultó que nadie más se había levantado, que todos permanecían sentados en sus respectivos sitios, mirándole a él con cara de asombro como el propio señor Yakamoto que no entendía nada de lo que estaba pasando.

¿Qué había sucedido? Ni más ni menos que, tras varias horas de reunión en inglés en aquella pequeña sala, el señor Yakamoto había dicho que tenía calor y se levantó para ir a abrir la ventana, signo que el pobre Juan entendió que significaba el fin de la reunión y el final, por fin, de aquella tortura, y por eso se levantó presuroso para despedir al ilustre invitado.

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