martes, 25 de septiembre de 2012

Iglesia católica: suspenso en periodismo


El periódico “La Razón” regala los domingos un suplemento de ocho páginas del periódico vaticano “L’osservatore romano”. Pero cuando, después de pasar unas páginas de "La Razón", se llega a las de “L’osservatore romano” uno se queda horrorizado, máxime si quien lo ve es periodista. Lo primero que viene a la imaginación es pensar que los responsables de “L’osservatore…” no tienen ni puñetera idea de periodismo… ni de comunicación.

Ese conjunto de ocho páginas es un sólido y contundente ladrillo de texto minúsculo, sin apenas titulares, sin entresacados, sin ladillos, sin gráficos, con apenas unas escasas y pequeñas fotos. Los responsables de esa maquetación se muestran tan ahorrativos con el papel que no quieren dejar ni un centímetro de superficie sin texto; tanto es así que resulta difícil encontrar puntos y aparte, porque todo son puntos y seguido.

Pero después, si armados de paciencia y de una buena lupa, decidimos profundizar en tan poco atrayente lectura, nos encontramos con un lenguaje que lejos de ser “periodístico” es el típico de los sermones más decimonónicos: cirlunloquios, grandielocuencias, barroquismo… En realidad no dan noticias, dan sermones. ¿Quién va a querer leer eso? Es que echa para atrás al más voluntarioso y entusiasta lector.

Recuerdo que, en el mundo empresarial, cada vez que alguien se refiere de forma despectiva a una revista de empresa o “house organ” por su desafortunada y poco atractiva maquetación, dice que eso parece “una hoja parroquial”; tanta es la fama que se han ganado esas bien intencionadas pero carentes de las más elemental profesionalidad hojas informativas de las parroquias.

Con esto sucede lo mismo, aunque para más INRI se supone que aquí tendrían que haber intervenido periodistas profesionales. Sólo hay que mirar las dos fotos que adjunto como ejemplo, para darse cuenta de lo que es una página atractiva y bien maquetada, que da gusto leer, y lo que es un auténtico “ladrillo”.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón. Yo estoy acostumbrada a leer bastantes "ladrillos", pero las pocas veces que ha caído en mis manos este suplemento, me he considerado incapaz de leerlo, si acaso, me he limitado a leer los titulares.
MC