Aun cuando el mensaje de Jesús que nos relatan los evangelios es el de paz y de “poner la otra mejilla” llama la atención que exista también un pasaje en el cual se relata cómo Jesús cogió un látigo y expulsó del templo a los mercaderes.
En la actualidad vemos cómo se suceden a diario los ataques al catolicismo sin que los católicos hagan nada por defenderse ni mucho menos por contraatacar. Por el contrario basta una pequeña burla contra el Islam para que miles de seguidores suyos estén dispuestos a acabar con la vida de quien ofende a su religión inmolándose ellos mismos si esto es necesario.
Como consecuencia, los muchos enemigos que tienen las religiones toleran y “bendicen” al Islam (por miedo a que tomen represalias contra ellos) y arremeten sin piedad contra el catolicismo (“estos son tontos y no se defienden” es lo que comprueban a diario).
Sin embargo, la mayor parte de esos ataques públicos a los sentimientos religiosos del catolicismo constituyen un delito tipificado como tal en el artículo 521.1 del Código Penal que establece que:
“incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican”.
Si la ley defiende a todos aquellos que profesamos sentimientos religiosos, sean del índole que sean, ¿por qué no nos amparamos en la Ley y actuamos en consecuencia? Denunciemos y llevemos a juicio a todos los cobardes que atacan a quienes no se defienden (y que son esos mismos que se muestran sumisos ante las religiones que defienden con sangre sus principios).
Por eso, me ha alegrado ver cómo hay al menos alguien (el Centro Jurídico Tomás Moro) ha decidido coger el látigo (un látigo legal) y ha iniciado acciones penales contra algunos de esos cobardes.
Yo, por mi parte, denunciaré públicamente a quienes ofendan las creencias religiosas de cualquier persona, sean estas del tipo que sean. ¡Basta ya de totalitarismos! ¡Que cada cual piense como quiera y respete las creencias de los demás!
Más información en: www.tomas-moro.org
2 comentarios:
Por supuesto que los cristianos, y cualquier religión que objetivamente esté siendo atacada y vulnerada, debe reaccionar al respecto, empleando todos los mecanismos que tenga a su alcance para defenderse, empezando por denunciar su situación.
Siempre he discutido sobre la frase "poner la otra mejilla" (será por mi carácter polemista???), Frase que Jesucristo dijo para denostar la "ley del Talión" hebrea. En ese sentido, quiero hacer hincapié en el siguiente capítulo del NT:
"Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas” (Mateo 10-16)
Creo que queda clarísima la postura. Una cosa es tener como meta la venganza ("ojo por ojo y diente por diente" )y otra dejarse machacar sin hacer nada por evitarlo ("poner la otra mejilla" en un sentido mal entendido). Si bien la primera postura resulta malsana, porque se vive anclado en el pasado, amargado en el presente y deseando una futura venganza que no te permite ver más allá, la segunda invita a no tomar partido por la venganza, eso si, sin dejar de reclamar justicia, sin caer en la inactividad o en victimismo y sin dejarnos avasallar por otros que no respetan y que se dedican a imponer sus ideas a cañonazos. Ante esto, tolerancia cero.
Teresa Moro
Pues eso, tú lo has dicho: "Contra los ataques, tolerancia cero. Alto, claro y por la vía legal".
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