domingo, 17 de agosto de 2025

Desde aquél día. Introducción

Comencé a escribir relatos a los ocho años y desde entonces toda mi vida estuvo ligada a la escritura y, como supe desde el principio que la literatura sólo da de comer a unos pocos privilegiados, tomé la misma como una distracción, algo que hacía sólo y simplemente para sentirme bien conmigo mismo, sin más ambiciones que disfrutar escribiendo aunque nadie fuese a leerme ni fuese a ganar una sola peseta por ello. Pero también supe desde el primer instante que si dedicaba mi vocación de escritor al ámbito profesional de la redacción publicitaria, sí que ganaría dinero (lo cual es necesario para vivir de forma autónoma). Y así lo hice.
 
Comencé como redactor publicitario, después como Product Manager (responsabilizándome directamente de todo lo que supusiese “escribir” aunque fuesen informes comerciales, manuales de formación, etc.), más adelante, como Jefe de Publicidad, escribía no sólo los textos de los folletos sino también textos para audiovisuales, manuales de comunicación y formación de vendedores, etc. En un paso más, dentro de mi progresión profesional, ya como Jefe de Prensa, me responsabilicé de escribir notas de prensa, artículos para revistas y di el salto creando y dirigiendo revistas de empresa y diarios digitales. El ejercicio del Periodismo me llenó de satisfacción personal al permitirme pasarme todo el día escribiendo noticias, artículos, discursos, etc. ¡Y me pagaban, y muy bien, por ello!
 
“Pero ¿y la literatura?”, te preguntarás. Pues esa la dejé para mis ratos de ocio y así, a lo largo de más de seis décadas, fui escribiendo en mis ratos de ocio libros de todos los géneros: novelas de ficción, novelas históricas, biografías, ensayos, poesía, humor, periodismo, comunicación, medicina, ciencia… e incluso teatro.
 
Y de esto último es de lo que vamos a hablar en estos próximos días. Lo que tienes entre tus manos (quiero decir: lo que tienes en la pantalla de tu móvil o tu ordenador) es una obra corta de teatro que escribí en mi juventud y que ahora he rescatado del olvido.
 
Escrita en tres actos y un epílogo, la acción se desarrolla en Madrid (España), en la década de los años 70.
 
Tienes ante ti, pues, una pequeña pieza teatral que jamás ha visto la luz, que nunca se ha estrenado porque sólo sirvió para el disfrute personal de su autor, y que ahora, al final de mi carrera, he decidido compartirla con todo aquél a quien la diosa fortuna haya guiado sus pasos hasta aquí.
 
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Estos son los personajes:
 
JUAN: Un novelista de 25 años, introspectivo, idealista, y fuera de lugar en el ambiente social superficial. Anhela una conexión profunda, pero se siente atrapado por las expectativas sociales.
CARLOS: Amigo pragmático de Juan, casado, que equilibra una vida convencional con una genuina preocupación por el bienestar de Juan.
NÉSTOR: Un mujeriego carismático pero superficial, símbolo de la vida nocturna hedonista.
RAFAEL: Amigo de Néstor, algo más reflexivo, pero aún atrapado en el mundo superficial de las discotecas.
CLARA: Una joven de 17 años, intelectual y madura para su edad, que comparte el desprecio de Juan por la superficialidad y su amor por la literatura.
NARRADOR: Una figura misteriosa que conecta la historia con el público, posiblemente una proyección de los pensamientos internos de Juan.
PAREJAS Y ASISTENTES A LA FIESTA: Representan la vibrante y despreocupada vida nocturna de los años 70, sirviendo de fondo para el aislamiento de Juan.

Y ahora... ¡que comience la función!


Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac

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