(Recuerdos
de adolescencia) Y aquella sensación tan extraña que sentía al estar a su lado,
podría llamarse ilusión. Ilusión intensiva si se quiere, pero... en fin, me
siento tan dichoso al recordar aquellos momentos…
¿Quién
eres?
¿De
dónde vienes?
¿Por
qué me haces temblar?
Y
al mirarte: ¿por qué emites
esa
luz que me hace cegar?
Contéstame,
di una palabra;
quiero
escuchar tu voz
débilmente
en mi oído.
¿Callas?
¿Me miras?
Ese
es tu embrujo.
Es
extraño: he andado
muchas
rutas sin tenerte;
no
he necesitado de ti.
Es
extraño que al estar
en
tu presencia me calle,
oculte
cosas que pensaba decirte.
Amparo,
contéstame, por favor,
quiero
continuar a tu lado,
quiero
llamarme tu amigo.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
El
libro “Villa Fantasía” está incluido en el libro “Los primeros pasos de un
escritor”: https://www.amazon.es/dp/1708323147
(Recuerdos
de adolescencia) El sol ha arrebatado a la luna su manto estrellado. Otra vez
tienen las cosas su mismo color. Todo está despejado, hasta mi fértil
imaginación que todo lo exagera. ¡Aquél porche que rebosa claridad! ¡Cuánto lo
amo! Ningún otro lugar podrá darme la felicidad que él me ha dado.
Fui
al porche y me senté. El frescor de la mañana envolvía el ambiente. Pedro fue a
acompañarme y aquella mañana, una mañana como otra cualquiera, iba a pasar a la
historia, a mi historia. No me imaginaba aquél porche sin ella. Entonces... su
figura se materializó.
Ya
estábamos sentados a la mesa jugando a no sé qué juego. Y su imagen me cegaba
los ojos. Y cada vez la veía más hermosa, tal como era ella. Fue una mañana
como otra cualquiera, y sin embargo dejo en estas líneas un recuerdo perenne de
ella.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
El
libro “Villa Fantasía” está incluido en el libro “Los primeros pasos de un
escritor”: https://www.amazon.es/dp/1708323147
(Recuerdos de adolescencia) Años
sesenta, un chalet en Las Matas, unos días de verano, un chalet llamado "Villa Fantasía·, un encuentro y una
explosión de emociones… Llamé a ese libro “Siempre vive la esperanza” (hoy puedes
encontrarlo en Amazon, como una parte del libro “Los primeros pasos de un
escritor”, de Vicente Fisac) y entremezclé en sus páginas la prosa y la poesía
para contar una historia.
De
aquél primer día, un breve poema:
Antes
de ti no era nada,
mas
ahora en esta tarde
me
pongo a evocar tu nombre
que
en mi corazón guardaba.
Y
del segundo día, este otro sencillo poema:
Mas
ahora que te he visto
y
tú me has aceptado,
quiero
tenerte conmigo,
quiero
sentirte a mi lado.
(Recuerdos de adolescencia) La
noche siempre es mágica y ¿sabes por qué? Porque la brillante luz del sol se
desvanece y entonces sólo nos queda para alumbrarnos la luz de nuestro
interior. Y cuando miramos para dentro de nosotros mismos entramos en contacto
con el mundo etéreo y eso mismo sucede a las personas que nos rodean, más aún
si existe un vínculo de atracción entre ellas. Por eso los enamorados se
sienten más íntimos y más conectados cuando la oscuridad está fuera y sólo
brilla la chispa interior de su emoción…
LA
NOCHE
La
luna nos mira.
Tenemos
que separarnos.
Cómo
quisiera hacer eternos
estos
minutos postreros.
Caminamos
por una calle oscura.
Tú,
te sientes segura a mi lado;
yo,
estoy feliz.
Siento
por ti algo nuevo,
algo
extraño, algo distinto.
¿Será
el amor?
Llegó
el momento de la despedida.
Entras
en el portal,
te
detienes, me miras.
La
boca permanece inmóvil;
los
ojos son más elocuentes.
Tu
portal, jalbegado de luna
parece
el palacio
en
el que tú resides.
Barrio
céntrico,
con
esos destellos
del
Madrid antiguo.
Tú
entras.
Caminas
despacio, contenta.
De
tu boca surge una palabra,
la
repito.
Te
adentras, me alejo.
Repito,
camino de nuevo
por
las céntricas y oscuras calles.
Tu
cara, iluminada al tiempo
por
la luna y la amarilla luz
de
un viejo farol oxidado,
está
grabada en mi mente.
Adiós...
(Recuerdos de adolescencia) Sólo
tenía 16 años cuando escribí mi primer libro de poesías. Desde muchos antes ya
me había dedicado a escribir, pero en aquella ocasión utilicé la poesía para
narrar una historia, una historia de amor, una historia de ese primer amor… o
enamoramiento (por expresarlo más correctamente).
Aquél
libro se titulaba “Introducción al amor” y este era uno de sus poemas. No sé a ti,
pero a mí me pasa como con algunas canciones de los Beatles, que pasan y pasan
los años y al volver a escucharlas me parecen actuales porque por ellas no ha
pasado el tiempo.
Por
supuesto que es un poema inmaduro. ¡Faltaría más! ¡Si sólo tenía 16 años cuando
lo escribí! Y sin embargo aprecio en él esa frescura e inocencia de los pocos
años, esa frescura e inocencia que nunca deberíamos perder…
ESPERA
Los
minutos de espera
se
me hacen eternos,
y
sin embargo
todo
es distinto
si
tú estás conmigo.
Luego,
al ver
aparecer
tu silueta
en
el horizonte infinito,
el
corazón se emociona,
siente
ganas
de
contarte cosas
que
antes jamás diría.
Después
una
sonrisa, dos palabras,
caminamos
sin
rumbo hacia un destino
que
me parece vislumbrar
en
este cielo nublado.
Qué
feliz estoy
al
sentirte a mi lado.
Cuando
veo que sonríes
todo
se ilumina,
todo
renace;
siento
que mi vida
desea
impaciente
que
un día los dos,
libres
ya del yugo
que
sostenemos,
podamos
vivir felices,
independientes
de todo
y
teniendo dominado
al
que nos condujo:
Amor,
siempre amigo.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Todo
Poesía”: https://www.amazon.es/dp/1704719291
Si
esperas que hoy te diga algo, puedes esperar sentado… y también relajado,
olvidándote por un instante de tu teléfono móvil para prestar atención a tu
interior. No seré yo quien te diga nada; has de ser tú mismo quien debe
esforzarse para escuchar tu voz interior.
Porque
para leer las cosas que escribo, para eso las tienes en este blog y en todos
mis libros (Amazon), pero para escuchar tu voz interior has de ser tú mismo
quien ponga algo de su parte. Y –curiosamente- lo que tienes que poner de tu
parte es “nada”, es decir: relajarte, no pensar en nada y mostrarte receptivo a
las sensaciones e impresiones que lleguen a tu mente desde lo etéreo.
Ya
sé que estás muy ocupado, que tienes que ir a muchos sitios y tienes que leer
muchas tonterías en el móvil, escuchar muchas mentiras en la televisión, y ver
infinidad de vídeos estúpidos en las redes sociales; pero hazles un hueco de
tan sólo unos pocos minutos y con eso será suficiente. Un kit-kat, un pequeño
lapso, un suspiro… y lo que recibas y sientas en ese efímero contacto con tu yo
interior valdrá más que todas las tonterías y falsedades del mundo que te rodea,
te atonta y te esclaviza.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Memorias
de un Dircom”: https://www.amazon.es/dp/B092XFBPKY
Es
una tendencia generalizada quitar importancia y trascendencia a los sueños,
tildándolos de banalidades a las que no merece la pena prestar la más mínima
atención, y ello es porque la mayoría de los sueños nos parecen completamente
absurdos y fuera de toda lógica y razón. Pero ¿es esto cierto?
Claro
que es cierto que los sueños suelen ser absurdos, que nos comportamos en ellos
de forma extraña y ajena a como lo haríamos en el mundo real. Muchos de nuestros
sueños nos parecen tan disparatados que ni siquiera nos atrevemos a contárselos
a nadie. “Ese no soy yo. Eso es absurdo. Yo nunca haría eso”, son algunas
frases que nos decimos a nosotros mismos al despertar de tales sueños.
La
clave está en que el subconsciente no se rigen por las mismas reglas que el
consciente, y por lo tanto utiliza la imaginación y la fantasía para construir
esos relatos que nos resultan tan extraños cuando los vemos a la luz de la
razón.
¿Existe
algún motivo por el cual nuestro subconsciente se comporta así? Posiblemente sí
exista una razón (aparte de la ya demostrada científicamente de liberarnos de
nuestras tensiones y restablecer nuestro equilibrio emocional) y es la de
hacernos reflexionar.
Eso
es lo que más escasea en nuestro mundo actual: la reflexión serena, sincera y
profunda.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Recordemos
una vez más el primer paso para recordar un sueño: Al despertar, y sin movernos
en la cama, sin cambiar de postura, tratar de recordar cuanto podamos de ese
sueño. Una vez fijado en nuestra memoria, levantarnos y dirigirnos
inmediatamente a escribirlo.
No
se trata de escribir una novela, ni siquiera un relato corto. El objetivo es
escribir las líneas generales del sueño, es decir, su argumento. Ya de entrada,
al hacerlo, nos daremos cuenta que vamos recordando más detalles del mismo.
Después procederemos a escribir los acontecimientos más importante sucedidos
ene se sueño, las imágenes o escenas que más nos hayan llamado la atención, lo
que hayamos sentido en aquellos momentos.
Después
de eso, ya podemos lavarnos, vestirnos, desayunar y hacer nuestra vida normal.
Más adelante, en el transcurso de ese mismo día y cuando tengamos unos momentos
de tranquilidad, conviene poner –junto a esas líneas manuscritas- la fecha. Y
si podemos, lo ideal es dedicar unos minutos a leer de nuevo aquellas notas,
reflexionar sobre ellas y escribir como un anexo a ese capítulo de nuestra diario
tan especial, unos comentarios con lo que nos haya venido a la mente, tratando
siempre de extraer del sueño las enseñanzas que nos puedan ser útiles.
De
igual forma, en ese mismo día o días más tarde, podremos igualmente leer de
nuevo aquellas notas inconexas y meditar sobre ellas. La reflexión y meditación
es algo que viene muy bien a nuestra salud mental, aparte de ayudarnos a
conocernos mejor a nosotros mismos.
Vicente
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“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
No
todos los sueños son iguales ni tienen la misma importancia, y por consiguiente
no todos merecen nuestro esfuerzo de intentar recordarlos, transcribirlos y
analizarlos posteriormente. Ya hemos dicho que sólo aquellos sueños que hayan
sido capaces de impactarnos emocionalmente pueden considerarse dignos de nuestra
atención. Y posiblemente entre ellos encontraremos algunos sueños de esos que
se repiten con frecuencia (como si nuestro subconsciente estuviese empeñado en
decirnos algo). No podemos dejar pasar de largo aquellos otros sueños que nos
asaltan cuando atravesamos periodos de crisis, ya que podríamos encontrar en
ellos alguna clave para resolver nuestros problemas. Finalmente, también
debemos prestar atención a esos sueños de carácter místico que hacen remover
algo en nuestro interior.
Como
puedes ver, la riqueza y variedad del mundo de los sueños es enorme pero, por una
cuestión de economía de tiempo, sólo deberíamos prestar atención a los que de
verdad merezcan la pena.
Vicente
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cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Hay
quien se aficiona tanto a eso de descubrir el significado de sus sueños que
incluso lleva un diario en donde cada mañana, al levantarse, lo primero que
hace es transcribir todo lo que recuerde de los sueños de esa noche. Pero no se
quedan ahí sino que van conservando todos esos escritos cual si de un “Diario”
se tratase. Y hay quien dice que eso tiene un gran valor porque exige un nivel
de atención superior al de un simple recuerdo mental y ese esfuerzo de recordar
se traduce en un aumento de la memoria.
Dicen
también que cuando vuelves a leer ese “Diario de los sueños” al cabo de un
tiempo, puedes apreciar cómo ha sido tu progreso interior e incluso cómo has
ido madurando espiritualmente.
Pero
¿cómo debe hacerse ese “Diario”? Lo primero que hay que decir es que no es
necesario escribir todos los sueños sino sólo aquellos que merezcan la pena y
eso se detecta muy fácilmente: dependerá de la emoción que hayan despertado en ti.
Todos aquellos sueños que te hayan impactado emocionalmente merecen la pena ser
escritos y analizados.
Vicente
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cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Ya
hemos hablado de la técnica para recordar los sueños, pero lo que me ha llamado
después la atención –y por eso quiero compartirlo con vosotros- es un sencillo
ejercicio para ayudarnos a recordar los sueños. A mí me ha parecido algo así
como una apuesta, como lanzarle un reto a nuestra consciencia diciéndole “¡A
que soy capaz de recordar mi sueño! ¡Qué te apuestas!”. Y no está mal hablar
así al ser superior del que formamos parte, porque en el mundo espiritual existe
-¡afortunadamente!- el sentido del humor.
Pues
bien, esa apuesta se hace de la siguiente forma: Pon un vaso de agua en la
mesilla de noche. Al ir a acostarte, bebe la mitad y dile a tu consciencia que
cuando te despiertes y te bebas la otra mitad recordarás lo que has soñado. Al
despertarte, bebe esa otra mitad del vaso de agua, tal como apostaste, y
comprueba si tu consciencia ha aceptado el reto y te trae de nuevo aquello que viviste
cuando soñabas durante la noche. Porque tu consciencia –durante el sueño- está
a medio camino entre el estado subconsciente y consciente, por lo que puede
trasladar vivencias de un lugar a otro. ¡Dile que se atreva a traértelas de
nuevo por la mañana cuando bebas ese medio vaso de agua!
PD.-
Si por lo que sea, esta técnica no te funciona, no te preocupes, porque beber
agua nada más despertarnos es muy bueno para nuestra salud, así que no habrás
perdido el tiempo con este juego.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Todos
los seres humanos soñamos todos los días y sin embargo casi nunca recordamos
que hemos soñado, o si recordamos algo del sueño enseguida lo olvidamos.
Desde
un punto de vista de salud física y mental, el soñar es imprescindible para
tener buena salud. Se ha demostrado científicamente cómo privar a las personas
de la capacidad de soñar (despertándolas cada vez que entraban en la fase de
sueño) empeora su salud.
Pero
desde un punto de vista espiritual, los sueños son la etapa de la vida en que
más cerca estamos del mundo en donde reside el alma.
Sin
embargo hay una dejadez generalizada respecto a los sueños, a los que no damos
importancia y por eso somos incapaces de recordarlos y si recordamos algo lo
olvidamos inmediatamente. Porque para recordar los sueños, lo primero y fundamental
es “querer recordarlos”. Luego ya vendrá todo lo demás.
Y
¿por qué no queremos recordar los sueños? Pues muchas veces es porque no
queremos enfrentarnos cara a cara con nosotros mismos; tenemos miedo a vernos
como realmente somos.
Tenemos
que aprender a conocernos a nosotros mismos y los sueños nos ayudan a conseguirlo.
Hay
una frase que me ha resultado muy ilustrativa: “Cuanto más vamos hacia el
sueño, más viene él hacia nosotros” (1)
(1)
Mario
Mercier, “Le monde magique des revés”.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Esta
popular frase en latín lo dice muy claramente: Reza y trabaja. Muchos se creen
que basta con rezar, con desear cosas, para que estas se cumplan, y tras esa
oración o ese simple deseo, siguen como antes, haciendo el vago, esperando que
alguien les resuelva o les consiga aquello que quieren obtener. Y no, no es así
como funcionan las cosas.
Rezar
está muy bien, desear las cosas y la solución a los problemas está muy bien,
pero nada se soluciona por sí mismo es necesario que nosotros intervengamos de forma
activa, es decir, que “trabajemos”.
Quieres
aprobar un examen y rezas para que te aprueben… pero no estudias. ¿Cómo piensas
que vas a aprobar? ¿Se va a examinar Dios en tu nombre para responder a todas
las preguntas del examen y que así apruebes?
Quieres
lograr un ascenso en tu trabajo y lo deseas con fuerza, pero… ¿te esfuerzas en
tu trabajo? ¿Tratas de alcanzar los objetivos que se esperan de tu puesto de trabajo?
¿Dedicas tiempo a hacer mejor las cosas, a formarte y a poner todo tu esfuerzo
en conseguirlo? Si no lo haces y sólo estás en plan pasivo ¿qué es lo que van a
ver en ti tus superiores? Sólo un holgazán al que por supuesto no van a
recompensar de ninguna manera.
También
en el mundo de los sueños, del que venimos hablando estos días, sucede algo
similar. Queremos tener sueños agradables y que nos inspiren y aporten
soluciones para los problemas de nuestra vida. Incluso hemos dado el importante
paso de meditar y visualizar lo que queremos para que así nos llegue mejor la
inspiración a través del sueño. Muy bien ¿y qué? ¿Qué hacemos después? Seguramente
hemos recibido algunas ideas brillantes durante el sueño, sugerencias de lo que
deberíamos hacer, pero… ¿nos dedicamos después a trabajar para hacerlas
realidad? ¿O es que simplemente nos quedamos sentados esperando que todo se resuelva
por sí mismo sin que pongamos en ello ni la más mínima gota de sudor con
nuestro esfuerzo?
A
través del sueño recibimos (incluso sin pedirlo expresamente) sugerencias e
ideas –eso que podemos llamar “inspiración”- para mejorar nuestra vida, pero
una vez recibidas esas ideas hay que trabajar para ponerlas en práctica, y así
–día tras día- ir diciendo a la mente universal que somos buenos estudiantes,
que cada inspiración positiva que recibimos durante el sueño, la ponemos en
práctica al día siguiente.
Si
tú brindas ideas y ayuda a una persona y esa persona rechaza la ayuda e ignora
las sugerencias que le haces… ¿vas a seguir ayudándola o la vas a mandar a
paseo? Pues esto es lo mismo. Si no hacemos caso a la inspiración que nos llega
durante el sueño y no la ponemos en práctica… nos iremos embruteciendo y ese
maravilloso mundo de los sueños cada vez será más oscuro e inalcanzable para
nosotros.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Seguro
que te has planteado esta pregunta alguna vez o cuando menos has pensado que te
gustaría poder elegir tus sueños. Ahora bien ¿es eso posible? La respuesta es
“sí” y “no”. “Sí” porque es posible conseguirlo en algunas ocasiones; “no”
porque resulta muy difícil conseguirlo y porque de lograrlo sólo es posible en
algunas ocasiones aisladas y –en cierto modo- fuera de nuestro control.
El
punto de partida para esto se llama “meditación”. Si estás acostumbrado a
meditar, te resultará relativamente fácil conseguir que en algunas ocasiones
–sólo en algunas- sueñes con aquello que deseabas. Si sólo meditas de tarde en
tarde, te resultará mucho más difícil conseguirlo. Si no dedicas nunca tiempo a
la meditación, prácticamente te resultará imposible, y cuando alguna vez así
suceda, habrá sido por otras causas, no por tu deseo de conseguirlo.
La
técnica que se utiliza en la meditación es lo que se llama “visualización”. Hay
que focalizar la meditación en el asunto concreto sobre el que deseamos obtener
inspiración a través del sueño (ese momento en que nuestra mente entra en
contacto con la mente universal). A través de ese proceso de visualización
“materializamos” nuestro deseo, hacemos que mentalmente se convierta en
realidad y, una vez conseguido, damos gracias a la mente universal con el
convencimiento de que al soñar recibiremos esa inspiración que hemos solicitado.
Haciéndolo
así, en algunas ocasiones –repito: sólo en algunas ocasiones aisladas-
soñaremos con aquello que deseábamos y recibiremos la inspiración que
anhelábamos.
Por
otra parte hay que recordar que para fortalecer nuestra capacidad de “control”
(lo pongo entre comillas porque nunca vamos a poder controlar los sueños, sino
sólo y simplemente vamos a poder aprender a recordar los sueños y aprender de
ellos) es preciso que –como ya hemos indicado en otras ocasiones- tratemos de recordar
todo lo que podamos del sueño nada más despertarnos, en la misma cama, en la
misma posición, sin movernos para que esas imágenes no se diluyan como el humo
de una bocanada de cigarrillo; y después, nada más levantarnos escribirlo
inmediatamente. Haciendo esto un día tras otro, nos daremos cuenta que cada vez
nos resulta más fácil, más agradable y más instructivo, recordar nuestro sueños
e incluso recibir a través de ellos la inspiración que deseemos para nuestro progreso
personal e incluso profesional.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
Una
noche estaba durmiendo cuando noté que había alguien de pie junto a mi cama,
observándome, sentí su presencia inquietante aun sabiendo que lo único que
hacía era observarme, pero al mismo tiempo me di cuenta que esa persona que
estaba allí en pie, junto a mi cama, mirándome a mí, en realidad no me miraba a
mí, sólo miraba mi cuerpo... porque esa persona que observaba aquél cuerpo
durmiente era yo. Me había desdoblado y estaba en dos sitios al mismo tiempo.
Fue una sensación tan extraña esa de estar viéndome a mí mismo desde fuera que
me desperté sobresaltado. Me incorporé, inspeccioné la habitación y comprobé
que no había nadie; efectivamente esa persona que me miraba de pie en la
habitación era yo mismo… o quizás debería decir mejor que esa persona era mi
“alma” que por un momento de había alejado de mi cuerpo.
¿Puede
el alma salir del cuerpo cuando dormimos y viajar a otros lugares? Por supuesto
que sí. Existe amplísima documentación al respecto, así como estudios y
comprobaciones de la realidad de este fenómeno. Y no se trata de nada nuevo
sino que todas las tradiciones de todos los pueblos que han habitado este
planeta a lo largo de la historia nos hablan de estos “viajes astrales” que se
producen durante el sueño.
Nosotros
somos un alma o “cuerpo psíquico” encerrado en un cuerpo físico. A veces,
durante el sueño, el alma puede hacer alguna “escapadita” y salir a visitar
otros lugares. Vamos a ver, si te mantuviesen siempre encerrado en una
habitación ¿no te gustaría salir de vez en cuando a estirar las piernas? Pues
eso mismo le pasa a nuestra alma, que
siente deseos de salir de ese encierro, aunque sea de forma temporal antes de
que llegue la muerte que –entones- ya será de forma definitiva.
Pero
como el alma es energía su forma de viajar es diferente a como nosotros lo
concebimos. Más que “viajar” lo que hace es “proyectarse” hacia otros lugares e
incluso hasta otros niveles de existencia. A veces llegamos por primera vez a
un lugar y lo encontramos familiar, nos parece haber estado allí con
anterioridad aunque sabemos con certeza que nunca hemos estado allí y ni
siquiera lo hemos visto antes ni en televisión ni en ninguna película. Esa
sensación probablemente esté motivada porque en algún momento, en alguna de
esas escapaditas de nuestra alma, llegó hasta dicho lugar y por eso ahora lo
reconocemos y nos resulta tan familiar.
Lo
queramos o no, estos viajes astrales involuntarios los hemos experimentado
todos nosotros y los seguiremos experimentando, nos acordemos de ello o no. Por
eso, el hecho de reconocer que esta posibilidad es real y se da con más o menos
frecuencia, nos debería poner en guardia para aprovechar al máximo la
experiencia y que todo cuando aprendamos y experimentemos durante dicha
escapadita seamos capaces de recordarlo e integrarlo en nuestro actual equipaje
de experiencias y conocimientos. Sabiéndolo será más fácil estar alerta y
preparados.
Dile
a tu alma que cuando vaya a emprender un nuevo viaje, te avise para aprovechar
al máximo esa experiencia. Y una forma de hacerlo e irse preparando para esta
aventura, es escribirlo rápidamente en un papel, en cuanto nos despertemos con
la sensación de haber tenido una de estas experiencias. Escribir de inmediato
todo cuanto hayamos visto y sentido. Al principio posiblemente sólo sean dos o
tres líneas lo que alcancemos a escribir, pero según nos vayamos acostumbrando
a hacerlo, cada vez nos será más fácil ir recordando más cosas y sobre todo
cada vez nos resultará más satisfactorio y enriquecedor.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“No
son coincidencias”: https://www.amazon.es/dp/B083XVGBHZ
10.-
¿Te ayuda a conocer tu personalidad?
Los
sueños puedes vivirlo en primera persona (tú eres el protagonista) o como
simple espectador de otras personas que aparecen en el mismo, pero aquí vienen
una pregunta interesante: “¿Esas otras personas que aparecen en el sueño son
realmente esas personas o son partes de tu personalidad que tú se las has
adjudicado a ellas para que te resulte más llevadero enfrentarte a ellas?”.
Posiblemente
esas personas que aparecen en tus sueños (por más que físicamente los veas como
otras personas diferentes a ti) están modeladas a tu imagen y semejanza para
conseguir a través de este juego que seas capaz de mirarte al espejo y de verte
y reconocerte tal como eres. Siendo así, aprovecha esa oportunidad de aprender
a conocerte a ti mismo.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
https://www.amazon.com/author/fisac
“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
9.-
¿Existen los sueños premonitorios?
¿Pueden
los sueños avisarte de lo que te va a suceder en el futuro? Esta es una buena
pregunta porque entramos de nuevo en el terreno del concepto “tiempo” y eso es
algo que no existe en el mundo de los sueños. Si en el plano psíquico de los
sueños no existe el tiempo es evidente que cuando soñamos podemos ir hacia
adelante y hacia atrás en el tiempo, en ese caso podremos “ver” cosas del
futuro, lo cual nos servirá de aviso para rectificar (si era malo) o persistir
en nuestro camino (si era bueno).
Sin
embargo hay que tomarlo más como un aviso de “posibles riesgos” o “posibles
gratificaciones” que podemos tener en el futuro más que como algo cierto que
vaya a sucedernos. Las líneas temporales son infinitas y a cada fracción de segundo
de nuestra vida estamos tomando un camino diferente en la lectura de nuestra
vida presente. Por eso las premoniciones nunca acertarán al cien por cien,
porque constantemente estamos avanzando por nuestra historia y cada paso que
damos deja atrás infinitos pasos alternativos que no hemos dado. Más que sueños
“premonitorios” considéralos “simples sugerencias”.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
8.-
¿Es tu válvula de compensación?
Quizás
hayas pensado en más de una ocasión que los sueños son una simple válvula de
escape, eso que decía Freud de que los sueños “son la realización de deseos” y
que hay muchas cosas ante las que te sientes reprimido y sólo a través de los
sueños eres capaz de encontrar esa liberación y hacer lo que despierto jamás te
atreverías a realizar.
Tal
vez suceda así en alguna ocasión –aunque no siempre como postulaba Freud- en
cuyo caso no será otra cosa que una compensación emotiva que te ayude a relajar
tensiones porque –es totalmente cierto- que la vida en sociedad y la formación
moral innata que todos poseemos nos frenan a hacer ciertas cosas y en cambio en
sueños no existe ese freno y podemos realizarlas con total libertad. En todo
caso, no le des más importancia de la que tiene, una simple liberación para
mantener equilibrada la balanza de tu ser psíquico.
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“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
7.-
¿Pone en evidencia que debes rectificar algo?
El
sueño, como maestro nuestro que es muchas veces, nos puede estar indicando que
debemos cambiar algo en nuestra vida, que debemos hacer algo, que debemos
ayudar a alguien, que debemos prestar especial atención a algo, que debemos
reparar algún daño causado… Hazle caso, porque esos consejos siempre serán
sabios. El sueño no te inducirá a hacer el mal sino el bien. Y hay muchas cosas
que hacemos mal y no somos capaces de reconocer que estábamos obrando mal (por
acción o por omisión) y entonces esta (el sueño) es la única vía para
advertirnos de nuestra equivocada actitud.
Vicente
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cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW
6.-
¿Te trae a la memoria situaciones desagradables de tu infancia?
Todos
sabemos que hay situaciones traumáticas y/o desagradables de la infancia que
tardan muchos años en cicatrizar e incluso no nos abandonan durante toda la
vida. Esos acontecimientos afectan al desarrollo de nuestra personalidad y
condicionan nuestro comportamiento. Cuando aparecen otra vez en los sueños no
significan nada sino que cumplen una función similar a la que hemos comentado
en el punto 5: sanar el daño que dichos acontecimientos pasados causaron.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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“El
cine y el misterio”: https://www.amazon.es/dp/B0DJF3M3ZW