sábado, 16 de noviembre de 2024

Los viajes del alma

Una noche estaba durmiendo cuando noté que había alguien de pie junto a mi cama, observándome, sentí su presencia inquietante aun sabiendo que lo único que hacía era observarme, pero al mismo tiempo me di cuenta que esa persona que estaba allí en pie, junto a mi cama, mirándome a mí, en realidad no me miraba a mí, sólo miraba mi cuerpo... porque esa persona que observaba aquél cuerpo durmiente era yo. Me había desdoblado y estaba en dos sitios al mismo tiempo. Fue una sensación tan extraña esa de estar viéndome a mí mismo desde fuera que me desperté sobresaltado. Me incorporé, inspeccioné la habitación y comprobé que no había nadie; efectivamente esa persona que me miraba de pie en la habitación era yo mismo… o quizás debería decir mejor que esa persona era mi “alma” que por un momento de había alejado de mi cuerpo.
 
¿Puede el alma salir del cuerpo cuando dormimos y viajar a otros lugares? Por supuesto que sí. Existe amplísima documentación al respecto, así como estudios y comprobaciones de la realidad de este fenómeno. Y no se trata de nada nuevo sino que todas las tradiciones de todos los pueblos que han habitado este planeta a lo largo de la historia nos hablan de estos “viajes astrales” que se producen durante el sueño.
 
Nosotros somos un alma o “cuerpo psíquico” encerrado en un cuerpo físico. A veces, durante el sueño, el alma puede hacer alguna “escapadita” y salir a visitar otros lugares. Vamos a ver, si te mantuviesen siempre encerrado en una habitación ¿no te gustaría salir de vez en cuando a estirar las piernas? Pues eso mismo le pasa  a nuestra alma, que siente deseos de salir de ese encierro, aunque sea de forma temporal antes de que llegue la muerte que –entones- ya será de forma definitiva.
 
Pero como el alma es energía su forma de viajar es diferente a como nosotros lo concebimos. Más que “viajar” lo que hace es “proyectarse” hacia otros lugares e incluso hasta otros niveles de existencia. A veces llegamos por primera vez a un lugar y lo encontramos familiar, nos parece haber estado allí con anterioridad aunque sabemos con certeza que nunca hemos estado allí y ni siquiera lo hemos visto antes ni en televisión ni en ninguna película. Esa sensación probablemente esté motivada porque en algún momento, en alguna de esas escapaditas de nuestra alma, llegó hasta dicho lugar y por eso ahora lo reconocemos y nos resulta tan familiar.
 
Lo queramos o no, estos viajes astrales involuntarios los hemos experimentado todos nosotros y los seguiremos experimentando, nos acordemos de ello o no. Por eso, el hecho de reconocer que esta posibilidad es real y se da con más o menos frecuencia, nos debería poner en guardia para aprovechar al máximo la experiencia y que todo cuando aprendamos y experimentemos durante dicha escapadita seamos capaces de recordarlo e integrarlo en nuestro actual equipaje de experiencias y conocimientos. Sabiéndolo será más fácil estar alerta y preparados.
 
Dile a tu alma que cuando vaya a emprender un nuevo viaje, te avise para aprovechar al máximo esa experiencia. Y una forma de hacerlo e irse preparando para esta aventura, es escribirlo rápidamente en un papel, en cuanto nos despertemos con la sensación de haber tenido una de estas experiencias. Escribir de inmediato todo cuanto hayamos visto y sentido. Al principio posiblemente sólo sean dos o tres líneas lo que alcancemos a escribir, pero según nos vayamos acostumbrando a hacerlo, cada vez nos será más fácil ir recordando más cosas y sobre todo cada vez nos resultará más satisfactorio y enriquecedor.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon:
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