viernes, 17 de abril de 2015

Negro no es un insulto

Las cosas como son: hay que llamar a las cosas por su nombre y llamarlas por su nombre nunca debe considerarse un insulto. Por ejemplo: “Negro” es un color no un insulto. El diccionario de la RAE ya especifica que “negro” es el aspecto de un cuerpo cuya superficie no refleja ninguna radiación visible, esto es, ausencia de todo color; y, aplicado a una persona, define a aquellas cuya piel es del citado color.

Pero “negro” es además un adjetivo y nos sirve como ayuda para que podamos identificar personas y cosas. Si en medio de una multitud de personas de raza blanca camina una de color negro, podemos decir: “mira, por ahí va un negro”, e inmediatamente lo identificaremos. Pero eso no es un insulto, sino una ayuda. Si esa misma persona fuese caminando entre otras muchas de su misma raza, dicha expresión no nos serviría para nada, tendríamos que buscar otras alternativas, por ejemplo: “el de la camisa roja” o “el que lleva una mochila azul” o “el que ahora pasa junto al semáforo”...

Se empeña la gente en considerar “negro” como un insulto y son ellos quienes insultan a nuestra inteligencia con tales empeños, vanos por otra parte. Porque un negro seguirá siendo negro aunque lo llamemos “persona de color” que –ya puestos a ello- no hace sino provocar el que formulemos otra pregunta más: “¿y de qué color?” a lo cual deberán responder “negro” cayendo ellos en su propia trampa.

La realidad es que los insultos no son las palabras sino la intención que encierran. 

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