Las cosas como son. Una vez más estamos en pleno debate
sobre el aborto y escuchamos nuevamente esa cantinela de “el aborto es un
derecho”. Pues no, a las cosas hay que llamarlas como lo que son, y en el caso
del aborto nada lo define mejor como la palabra “fracaso”.
Si alguna mujer está ilusionada por tener un hijo y su
gestación se ve interrumpida por un aborto, está claro que eso es un fracaso;
la vida que estaba en camino se arruinó y las ilusiones de la madre también.
Pero ¿y si ese embarazo es indeseado y ese es el motivo por
el cual la mujer se plantea abortar? Pues en este caso, la palabra que mejor lo
define es igualmente la de “fracaso”. Fracaso porque no supo impedirlo y
fracaso porque tendrá que apechugar con las molestias y los gastos de un
aborto.
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