Las cosas como son. Muchas personas que se las dan de
liberales y tolerantes están empeñadas en llamar “matrimonio” a la unión de
parejas homosexuales (da igual que sean dos hombre o dos mujeres) y esto irrita
sobremanera a los más tradicionalistas que dicen que “matrimonio” es la unión
de un hombre y una mujer y sólo debe aplicarse dicho término a las uniones de
este tipo.
Pero las cosas como son, y no estoy de acuerdo ni con unos
ni con otros. Veamos por qué:
“Matrimonio” viene del latín “matrimonium” que a su vez
viene de “matrem” (madre) y “monium” (calidad de). Es decir, esta sería la
palabra más adecuada para definir la unión entre dos mujeres.
“Patrimonio” que se utiliza de forma generalizada para
definir los bienes que posee cualquier persona, en realidad viene de las voces
latinas “pater” (padre) y “monium” (calidad de). Por consiguiente esta sería la
palabra más adecuada para definir la unión entre dos hombres.
Entonces, ¿cómo llamar a la unión entre un hombre y una
mujer? Pues ya que nuestra lengua proviene del latín, hagamos caso a la misma y
en latín sí que existe una palabra para definir la unión jurídica entre un
hombre y una mujer: “Connubium”. Por consiguiente la unión entre un hombre y
una mujer no se debería llamar “matrimonio” sino: “Conubio”.
Así que ya lo sabéis: “Matrimonio” debe llamarse a la boda
entre dos mujeres; “Patrimonio” a la boda entre dos hombres; y “Conubio” a la
boda entre un hombre y una mujer.
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