lunes, 12 de marzo de 2012

Un Atleti campeón y el espíritu de Simeone


Ayer se proclamó campeón de Copa el Atlético de Madrid, con lo que se sigue manteniendo en lo alto como el mejor equipo de balonmano del mundo (aunque el Barcelona, su rival de ayer, también le ande muy cerca).

En el fútbol también ganó el Atleti pero eso no fue lo importante, sino la jugada que se produjo en el minuto 91. Juan Fran corrió hacia un balón que parecía perdido, ganó en la carrera al rival, lo sorteó y lanzó el balón hacia delante, siguió corriendo aunque parecía que un nuevo contrario llevaba más ventaja, pero él corrió más, llegó antes y también le sorteó; después, con campo libre tuvo la suficiente capacidad pulmonar para bombear oxígeno a su cerebro y así poder pensar: levantó la vista, vio bien posicionado a Falcao y le lanzó un centro medido que el colombiano transformó en gol. Y todo esto sucedió, como digo, en el minuto 91 cuando todos los jugadores estaban agotados por el calor y el esfuerzo y cuando el marcador era favorable al Atleti que ya ganaba entonces por 1-0. ¿Qué significa eso? Es lo mismo que los aficionados del modesto Mirandés gritaban no hace mucho: “sí se puede, sí se puede”, y esos gritos llevaban a sus jugadores a intentar lo imposible y muchas veces conseguirlo. Simeone ha inculcado eso en el Atleti. Más allá de cualidades técnicas de los jugadores o de planteamientos estratégicos del entrenador –que también lo hay en ambos casos- está el espíritu de lucha constante, de no dar tregua al contrario presionándole por todo el campo, de no dar un balón por perdido aunque estés en el tiempo de descuento y no te haga ninguna falta porque ya vas ganando. Y con esto quien gana más es el propio jugador que gana en autoestima y en la satisfacción que proporciona el haberlo dado todo. Cuando uno lo da todo, nadie nos puede reclamar más.

Y en balonmano sucedió algo similar. Todo el primer tiempo fue por detrás en el marcador, pero no se desanimó y siguió luchando. Hoy el Atleti es doble campeón: de Copa de balonmano y de honradez profesional.

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