El Parking a quien me refiero no es ningún mago, no es
ningún mentalista, ni un vidente o un echador de cartas, simplemente es la
palabra inglesa que en español significa aparcamiento. No me refiero tampoco a
un aparcamiento cualquiera sino a aquellos que son subterráneos. Seguro que
todos habéis estado alguna vez en un aparcamiento subterráneo, respirando ese
aire enriquecido con anhídrido carbónico y partículas de diesel en suspensión.
Seguro que habéis paseado por esos pasillos oscuros e incluso os habéis
preguntado por qué no se gastan más dinero en bombillas. Pero quizás no habéis
reparado en un hecho inquietante que merecería ser analizado por Iker Jiménez
en su programa de misterio “Cuarto milenio”. Seguid mis instrucciones y
visualizaros a vosotros dentro de un parking. Estáis allí, de pie, esperando.
Pensad entonces en cuántas veces durante el último mes habéis estado dentro de
un parking. Pensad, después, cuántos minutos –por término medio- habéis estado
dentro de un parking; de ese o de cualquier otro similar. Sumad los minutos. ¿A
que no son muchos minutos? Es evidente que a nadie le gusta pasar su tiempo
dentro de un parking, ni siquiera en verano para combatir el calor exterior, ya
que allí se suele estar bastante fresquito, pero –a pesar de eso- no resulta
atractivo pasar una tarde de verano dentro de un parking. Bueno, a lo que
íbamos. Lo que es un verdadero misterio y hace pensar en fenómenos paranormales
es la irresistible atracción que ejercen los aparcamientos subterráneos para
atraer las llamadas telefónicas. Es increíble. ¿Por qué recibimos con tanta
frecuencia llamadas telefónicas cuando estamos dentro de un parking, sin
cobertura, si apenas pasamos unos minutos dentro de él? Puedes estar media hora
esperando una llamada sin entrar al parking... pues seguro que la recibes nada
más que hayas entrado... Si no te lo crees, compruébalo; la próxima vez que
esperes una llamada, espérala fuera del parking. No te llegará. Cuando ya
cansado te metas en el parking... seguro que la recibes. Y además, hay un
segundo factor: cuanto más importante sea esa llamada, mayor será la
posibilidad de que la recibas –y no puedas atenderla- dentro del parking.
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