miércoles, 7 de marzo de 2012

Cocina inefable


Ahora que llevo una temporada pasando más tiempo en la cocina me he dado cuenta de todo el absurdo que hay en esta habitación. Veamos unos ejemplos:

  • ¿Por qué a los tenedores, cuchillos y cucharas se les llama “cubiertos” aunque estén encima de la mesa sin nada que les cubra?
  • ¿Por qué se le llama “cuchillo” si no chilla?
  • ¿Por qué se le llama “tenedor” si no tiene nada?
  • ¿Por qué se le llama “vino” si eres tú el que ha ido a comprarlo?
  • ¿Por qué se le llama “tomate” si no tiene nada que ver con el té?
  • ¿Por qué se pide “sal” cuando en realidad lo que quieres es que te la acerquen?
  • ¿Por qué nadie oye la “llama” del gas?
  • ¿Por qué se dice “escoba” si no hace la pelota a nadie?
  • ¿Por qué se le llama “paleta” si desconocemos su nivel cultural?
  • ¿Por qué hay “comino” en las cocinas si a nadie le importa?
  • ¿Por qué se le llama “tomillo” si no se parece a un libro ni gordo ni pequeño?

4 comentarios:

Patricia dijo...

¡Vaya, nunca me había hecho esas preguntas en la cocina, interesante!

Cesar Almodóvar dijo...

la verdad es que se te ha cocido el cerebro de estar tanto en la cocina...

pedrofuentes dijo...

A la cocina no se va a filosofar, allí se va a cocinar, como su nombre indica, y si mientras cocinas, te pones una tabla con unos taquitos de jamón y queso y unos vasitos de vino, mientras vigilas el fuego, porque si no lo vigilas corre y quema todo, pues verás que bien sabe todo, y si no, que te quiten lo bailado.

Anónimo dijo...

Está visto que la cocina no es el lugar adecuado para filósofos y poetas, pero cuando no hay más remedio, seguro que ponen mucho interés en ello y profundizan una barbaridad, véase la muestra. Nunca se me había ocurrido a mí escudriñar el doble sentido de dichas palabras.
MC