viernes, 19 de agosto de 2011

Ultima hora: Sanidad Low cost

El Consejo de Ministros de hoy ha aprobado dar prioridad absoluta a los medicamentos genéricos, de tal forma que los médicos de la sanidad pública sólo pondrán en la receta el nombre de la sustancia activa y después el farmacéutico dispensará la marca más barata.

El debate que esto suscita es muy amplio y ofrece muchos frentes (sostenibilidad de la industria farmacéutica, de la propia sanidad pública, libertad de prescripción, calidad de los medicamentos, seguridad de los mismos...) y en consecuencia asistiremos estos días a numerosos y bizarros debates sobre el asunto ya que se tiende a mezclar todo en este tipo de debates complejos. Por lo tanto en este primer post me limitaré a explicar sencillamente las consecuencias inmediatas para el ciudadano a través de un ejemplo.

Hasta ahora el ciudadano recibía, por ejemplo, una receta en la que ponía “Pan Bimbo”, otro podía recibir otra que dijese “Panrico”, otro “Toast”, otro “El Corte Inglés”, otro “Semilla de Oro”, etc. y con ella le daban el tipo y marca de pan especificado. Sin embargo, a partir de ahora todos recibirán una receta en la que pondrá “Pan de molde”. Al llegar a la farmacia les darán el más barato que tengan. ¿Cuál, Bimbo, Toast, Panrico, El Corte Inglés, Semilla de Oro, Ortiz...? Me temo que con tantas marcas como hay el más barato debe ser alguno que se llame algo así como “Sol de Oriente”, que venga exportado de China, que los cereales se hayan manufacturado en la India, que sus conservantes y demás ingredientes se hayan comprado a alguna empresa de un país africano, etc. La pregunta es esta: ¿Te apetece comerte ese pan? ¿No hubieras preferido cualquiera de las marcas citadas antes? Todas las marcas citadas antes son conocidas, tienen prestigio, te ofrecen garantías de que sus componentes y procesos de producción siguen los más altos estándares de calidad y solo se sirven de proveedores que les garanticen la calidad y seguridad.

Pues eso es lo que va a pasar a partir de ahora, porque en España, por cada sustancia activa no hay cuatro o cinco genéricos como en Alemania, sino que hay de 50 a 100 genéricos. ¿Y son todos ellos de fiar? Hombre (o mujer) yo me fiaría de los genéricos que fabriquen laboratorios de reconocido prestigio, pero con tantos -y si encima te van a dar el más barato- la verdad es que yo no me fiaría.

En consecuencia, lo que yo haré a partir de ahora y recomendaría a todos (salvo el que carezca de ingresos y tenga una situación económica muy precaria) es que vaya al médico, acuda después con la receta a la farmacia, y cuando el farmacéutico le ofrezca el genérico más barato, le diga que quiere esa misma sustancia que le han recetado pero de una marca de prestigio y ya que la Sanidad pública no la cubre se está dispuesto a pagar el 100% del importe.

Yo, por lo menos, no juego con la salud, y si tengo que tomar un medicamento y hay más de 100 marcas (entre productos de marca y genéricos), no quiero el más barato; quizás tampoco el más caro, pero sí uno que esté en una banda de precio razonable y se corresponda con un laboratorio conocido y de prestigio.

1 comentario:

tmcampos dijo...

Me uno a tu reflexión.
Un saludo


http://tmartinezcampos.blogspot.com/2011/08/adios-la-libertad-de-prescripcion.html