Según un estudio realizado sobre 2.000 jóvenes por la universidad College of Arts and Science de Missouri (Estados Unidos) a las chicas les encanta hablar de sus problemas mientras que los chicos pasan de ello.
Las chicas consideran positivo hablar de sus problemas y esto les hace sentirse menos solas y mejor comprendidas; sin embargo caen con frecuencia en el exceso. Por el contrario los chicos consideran que hablar sobre los problemas los agranda, mientras que centrarse en otras actividades les hace tener la mente fuera del problema.
Esta actitud puede perjudicar la relación de pareja, en donde la mujer acabará persiguiendo al hombre para contarle sus problemas y éste hará todo lo posible por escapar de ella.
Los investigadores alertan de la necesidad de poner las cosas en su justo término: ni los hombres deben verse como más débiles o inseguros por hablar de sus problemas, ni las mujeres deben centrar en ello toda su pasión.
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