Tras contemplar en todos los medios de comunicación cómo diversos grupos de energúmenos -autorizados por el Gobierno-, han insultado y amenazado a los peregrinos que han venido a Madrid de todas partes del mundo para participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), y teniendo en cuenta que este blog se lee en muchos países de habla hispana, he sentido la necesidad de hacer una llamada de atención para que sepan que todos los españoles no son iguales, no son como ese grupo de resentidos e indeseables.
Hay muchos cientos de miles de españoles católicos y hay muchos millones de españoles que, sin ser creyentes, respetan las creencias y pensamientos de los demás. Sin embargo, cuando un Gobierno tiene como obsesión (ante su incapacidad manifiesta de llevar adelante un país) sembrar el odio entre los españoles, reabrir las olvidadas heridas de la Guerra Civil, fomentar el desprecio a la vida de los débiles, adoctrinar en el ateismo a los estudiantes, favorecer a todos los grupos hostiles a la convivencia, recortar las ayudas sociales, aumentar los privilegios de los políticos... las consecuencias son el hundimiento económico y moral de un país que hace apenas ocho años estaba entre los más potentes de Europa. Esa falta de valores, esa mezquindad de la que hacen gala el Gobierno y sus secuaces, no debe empañar la imagen de la mayoría de los españoles, gente de bien, ni va a impedir, por supuesto, el éxito –que ya está teniendo- esta jornada mundial.
Por lo tanto pido a todos los lectores de este blog (en la imagen pueden ver en color verde la distribución de los mismos) que no confundan las actitudes de un Gobierno inútil y fracasado y las de sus grupitos de secuaces, con las actitudes de millones de españoles que, independientemente de cuales sean sus ideas religiosas o políticas, saben respetar a los demás.
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