Yo he definido la Poesía como “el lenguaje del alma”, por
ello no es de extrañar que la poesía me acerque más que ninguna otra cosa al
mundo espiritual. Leer y releer, saborear los poemas propios o ajenos, es una de
las experiencias más gratificantes que hay. En esta nueva serie que hoy empiezo
en mi blog “Palabras inefables” traigo en portada a uno de los mejores poetas
españoles contemporáneos, José Hierro.
En uno de sus poemas, titulado “Para un esteta” nos advierte
cuál es nuestro papel en esta vida, lanza una advertencia a esa tendencia
natural al ensalzamiento del ego, a la prepotencia, a ver el mundo como algo
que debe someterse a nuestro criterio y a nuestro capricho. De dicho poema,
extraigo estos versos para que puestos en el plato que es la pantalla del
ordenador, en el restaurante de Internet que es este blog, te detengas ante
ellos, los degustes con mesura, te deleites con el poso de su aroma, los
digieras y asimiles el alimento que contienen:
“No has venido a la tierra a poner diques y orden
en el maravilloso desorden de las cosas.
Has venido a nombrarlas, a comulgar con ellas
sin alzar vallas a su gloria.
Nada te pertenece. Todo es afluente, arroyo.
Sus aguas en tu cauce temporal desembocan…
No has venido a poner orden, dique. Has venido
a hacer moler la muela con tu agua transitoria”.
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