En
su experiencia, Mellen Thomas pidió viajar por el universo y la Luz le
respondió que sólo tenía que dejarse llevar por la corriente. Vio entonces cómo
la Tierra se alejaba y se iba quedando pequeña, cómo trascendía nuestro sistema
solar y cómo se adentraba en el espacio profundo y se dirigía hacia el centro
de la galaxia. Se dio cuenta que esta galaxia y todo el universo “es una
explosión de muchas variedades de vida”. Y comprendió también que estaba
experimentando algo diferente a la idea que nosotros tenemos de “viaje”.
“Al
principio pensé que iba a algún sitio
–explicó- que estaba viajando realmente. ¡Pero entonces me di cuenta que, a
medida que la corriente se expandía, mi conciencia también se expandía hasta
englobar cada cosa del universo! Toda la creación pasó por mí”.
Todas
aquellas imágenes y sensaciones aparecían y luego se desvanecían, hasta que
apareció una segunda Luz. “Venía de todas partes. Era tan diferente; una luz compuesta
de frecuencias más numerosas que las presentes en el universo. De nuevo sentí y
oí múltiples dulces explosiones sonoras. Mi consciencia, o mi ser, se expandía
para fundirse con todo el universo y más aún”.
Y
en ese momento “tomé consciencia de que acababa de trascender la Verdad. Es
como mejor puedo explicarlo”. Encontró una calma profunda, más allá de todo
silencio. “Podía ver o percibir para siempre, más allá del infinito. Estaba en
el vacío… Estaba en la pre-creación, antes del Bing-Bang. Había cruzado el
principio del tiempo, la primera palabra, la primera vibración”.
Al
preguntarle más sobre esas sensaciones tan difíciles de explicar con palabras,
añadió que “podía experimentar toda la creación generándose a sí misma. Era sin
comienzo y sin fin. Es un pensamiento que expande la mente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario