Repasando
y reflexionando sobre la experiencia de Mellen-Thomas, recordemos que este
había pedido que una vez comprobada su muerte clínica, lo dejasen tranquilo
durante varias horas. Así lo hicieron y quizás eso ayudó a su enriquecedora
experiencia. Cuando despertó de nuevo a la vida terrena, exclamó que “este
mundo se parece más a un sueño que aquél”.
Una
de las enseñanzas que aprendió fue la de mirar siempre el lado positivo de las
cosas y no juzgar nunca a nadie. Tres días después de su regreso a la vida,
reconoció que “no he podido ver nada malo en ninguno de los seres humanos con
quienes me he encontrado estos días. Antes de todo esto, yo juzgaba mucho a los
demás”.
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