Dice un refrán que “de
la mar, el mero; y de la tierra, el cordero”, dando a entender que ese pescado
y esa carne son los mejores en su género; aunque para ser cierto el refrán debería cambiarse y dejarlo como en el título de este post: "De la mar el mero, y de Islandia el cordero". Ya hablaremos del mar hablaremos otro día, pero de
la tierra hay que decir que en ningún otro lugar del planeta se encuentran
corderos como en Islandia. Los corderos islandeses se pasan el verano pastando libremente
en el campo en donde se alimentan principalmente de la vegetación silvestre y
abundante que proporcionan aquellas tierras vírgenes, donder también se dan cita el agua y el aire más puro del planeta. Ese y no otro es el
secreto del exquisito sabor de su carne.
Pero el cordero no
sólo se toma estofado, o a la parrilla, etc., sino también en sopa. El
“kjötsúpa” islandés (traducido literalmente significa “sopa de carne”) es una
sopa de cordero con verduras que puede encontrarse en cualquier restaurante y
que los islandeses toman en cualquier época del año aunque con mayor frecuencia
en invierno.
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